Esta semana se estrena “Sal”, de Diego Rougier, película que homenajea al subgénero conocido como Spaghetti Western desde el norte de Chile. Popular en las décadas del 60 y 70, estas películas europeas de cowboys contaban con productores italianos y eran principalmente filmadas en los estudios de Cinecittá. Los españoles también entraron en el mercado, financiando cintas que, en suma, fueron conocidas como Chorizo Western.
Aquí, diez títulos fundamentales para tener en cuenta:
“Por un puñado de dólares” (1964) /”Por unos pocos dólares más” (1965) / “El bueno, el malo y el feo” (1966), de Sergio Leone: La tríada esencial, protagonizada por un icónico Clint Eastwood y musicalizada magistralmente por Ennio Morricone. La primera es una ingeniosa adaptación en clave western de la película “Yojimbo”, de Akira Kurosawa, y es el primer paso en la instalación de una estética propia, eternamente homenajeada en el cine posterior, Tarantino incluído.
“Erase una vez en el Oeste”, de Sergio Leone (1968): El punto más alto de las películas Spaghetti Western de Leone es esta cinta en la que Jason Robards y Charles Bronson ayudan a una viuda (Claudia Cardinale) a cobrar venganza por el asesinato de su famila. El genio del género en estado de gracia.
“Django”, de Sergio Corbucci (1966): “El otro Sergio”, como era conocido, dirige esta película que para muchos es el mejor Spaghetti Western que se ha hecho, compitiendo con la trilogía de Leone. Franco Nero se encarga del personaje principal, un tipo extraño que carga con una metralladora escondida en un ataúd y se ve envuelto en una sangrienta pugna que involucra a dos bandos rivales. Incluye un memorable enfrentamiento final en un cementerio y un mayor grado de violencia, lo que le costó la censura en algunos países.
“El gran silencio”, de Sergio Corbucci (1968): Con financiamiento de Francia e Italia, Corbucci sigue a un pistolero mudo (Jean-Louis Trintignant) que se enfrenta a una banda criminal y a un sanguinario cazarecompensas, magistralmente interpretado por un siniestro Klaus Kinski. El realizador conservó la violencia de su apuesta anterior, pero se vio forzado a cambiar el final escrito en primera instancia por uno más “esperanzador”. Corbucci continuó realizando westerns notables como “Salario para matar” (1968), ambientado en la Revolución Mexicana y protagonizado por Franco Nero y Jack Palance.
“De hombre a hombre”, de Giulio Petroni (1967): Un niño presencia cómo matan a su familia y, quince años después, sale a vengarse de los criminales, junto a un pistolero que conoce en el camino. El italiano Giulio Petroni adopta bien las enseñanzas de Leone en una cinta impecable que, como si fuera poco, cuenta con una de las mejores bandas sonoras de Morricone y la actuación del icónico Lee Van Cleef.
“Cara a cara”, de Sergio Sollima (1967): Algunos llamaron a Sollima “el tercer Sergio” por su exitosa irrupción en el género. “Cara a cara” es una suerte de ensayo sobre la violencia , centrado en un inofensivo profesor de historia que se transforma en un violento mercenario, afectado por el contexto de violencia en el que se ve envuelto. Jim Jarmusch adoptaría este motivo en “Dead man”, con un torpe Johnny Depp que se vuelve rudo en el Lejano Oeste.
“¿Quién sabe?”, de Damiano Damiani (1966): Conocido también como “Yo soy la revolución”, esta película inaugura la tradición de Westerns políticos, con un Gian Maria Volonte que roba armas para la revolución y hace amistad con un “gringo”.
“Una cuerda, un colt”, de Robert Hossein (1969): El francés Hossein homenajea a Sergio Leone -y le da una escena para dirigir- en esta película que brilla por su sutileza, sus silencios, su melancolía y su sombría mirada a una sociedad donde reina la violencia y el desencanto. “La venganza es una planta maldita que da frutos amargos”, reflexiona el protagonista en medio de un entorno de sangre y dolor.
SUBGENERO MUY EXITOSO PARA EL PUBLICO, TUVO MOMENTOS NOTABLES. FALTO AQUI MENCIONAR A GIULIANO GEMMA Y EL FILM ADIOS GRINGO!
JORGE URIBE ALVAREZ, ESPECIALISTA EN CINE.
juribea59@gmail.com