Por Ana Josefa Silva V.
@ana_josefa
(Artículo publicado en La Segunda Sábado, el 4 de agosto).
Es cosa de ver la concurrencia a las respectivas avant-premières oficiales.
El lunes 30 de julio, en la noche, al Hoyts de La Reina llegaron los ex presidentes Aylwin, Frei y Lagos, entre otros connotados de la República. También estuvieron el senador Hernán Larraín (UDI) y su señora, pero porque ellos nunca han dejado de asistir a los estrenos de su hijo Pablo, director de “No”.
Fue lo más parecido a un aniversario del 5 de octubre.
El martes 31, el Hoyts del Parque Arauco vio desfilar, a pesar de la gelidez de la noche invernal, escotes, tajos y peinados de alta noche: Raquel Argandoña y su hija, Kel; Javiera Acevedo y su “perforado” vestido Alexander McQueen; Rafa Araneda y Marcela Vacarezza; el “Negro” Piñera…
Stefan Kramer y su mujer, la actriz Paloma Soto, también lucieron sus mejores trajes de luces.
Fue lo más parecido a una gala del Festival de Viña.
Cómo no. El actor y humorista “nació” en la Quinta Vergara y su película es tributaria de ese exitazo que llegó a promediar ¡65 puntos! de rating en febrero del 2008 (ojo: la alcaldesa Virginia Reginato tiene su buen “cameo”).
Súper taquillazo local de Kramer
“Kramer vs. Stefan” es un compilado -con guión “ligador”- de esas caracterizaciones que hicieron llorar de la risa a miles de chilenos ese verano y de otras que ha ido agregando a su rutina: Rafa, el “Negro”, el Presidente Piñera, Bielsa, el alcalde Zalaquett, Jordi Castell, Diana Bolocco, Arturo Longton, Farkas, el “Chino” Ríos, Arjona… Y como bonus track para la pantalla grande: el ministro Hinzpeter (¡sorprendente!).
Si usted ha visto a Stefan Kramer -en el festival o en las sucesivas presentaciones que ha hecho en vivo o en TV- sabe de lo que estamos hablando. Y sí, se va a morir de la risa.
Se estrenó el jueves 2 de agosto con 109 copias (un poco menos que “Batman”): ya en la preventa habían sido requeridos 35 mil tickets (¡mucho más que “Batman”!). El debut fue a salas llenas, convirtiéndose en la película más vista el día de su estreno, en toda la historia de la industria cinematográfica en Chile: 75.322 admisiones.
La película es como el “Ayúdeme Ud. Compadre”, que a fines de los 60 reventó la taquilla chilena: es estrictamente local.
Será un taquillazo, pero no saldrá de las fronteras (aunque la distribuya la Fox) de esta larga y angosta faja de tierra…
Los pergaminos internacionales de “No”
A la inversa, “No” llega (jueves 9 de agosto) con 40 copias -que no es poco, pero es menos de la mitad que “Kramer”-, precedida de un recorrido por importantes festivales extranjeros, incluida la Quincena de Realizadores de Cannes.
Y ya en mayo pasado Sony Pictures Classic anunciaba oficialmente que había adquirido los derechos para distribuirla en todo Norteamérica.
“No” fue uno de los hitos culturales chilenos más mencionados en la prensa extranjera entre enero y junio de este año, según un estudio de la Fundación Imagen de Chile.
Pero estas dos películas que llegan juntas al público (agosto de 2012) tienen varias coincidencias:
Personas y personajes
Para comenzar, en ambos casos, varios de los asistentes a las premieres eran “protagonistas” (parodiados o interpretados y/o citados en registros audiovisuales antiguos, según cuál sea la producción de la que hablamos). Además, en sus imágenes pululan personas reales, haciendo de ellas mismas…
Ambas tienen cargas emotivas potentes, aunque de distinta naturaleza. Por ejemplo, ver a Felipe Camiroaga interactuando con Kramer, a menos de un año del horrible accidente de Juan Fernández, es estremecedor. El resto de las emociones son más gozosas que tristes, es claro…
Se puede estar o haber estado en distintas veredas respecto de la Concertación (al lado, al frente, de medio lado), pero ese pedazo de historia de Chile que muestra “No”, con sus imágenes captadas en U-Matic y ese mundo ochentero tan fielmente recreado es un golpe al corazón para cualquiera.
Política y el factor H
“Kramer…”, a pesar de su vocación farandulera, tiene a los políticos como una parte importante de su fauna de celuloide: de hecho, el hilo argumental, como antagonistas, es sostenido por los “clones” del Presidente Piñera y el alcalde Zalaquett.
Y aunque este es un producto decididamente comercial, hay mucho rigor y disciplina en su puesta en escena y producción. Sólo por hacerse una idea: en cada uno de sus 19 personajes, el actor se toma 3 horas para maquillaje y prótesis y otras 2 para el proceso inverso.
También hay preocupación por armar un relato no sólo coherente, sino que atractivo y bastante verosímil (al menos en sus dos terceras partes).
“No”, que es política, sociológica e histórica, contrariamente a lo que muchos creen, exuda humor. Ciertamente es uno donde abundan la agudeza, la ironía, incluso el sarcasmo, en lo que es casi una marca de fábrica de su guionista, el talentoso Pedro Peirano (uno de los cerebros tras esa genialidad que se llamó “31 minutos”).
Las credenciales de “seriedad” en este caso van por el lado del arte: esto es Cine con mayúsculas, un relato con progresión dramática, un trabajo audiovisual cuidado y efectivo, que pone en pantalla una ficción cruzada con documental de manera perfectamente afiatada. Un elenco de actores profesionales fluye por la trama armando un relato coral que funciona alineado tras los protagonistas.
Pero humor hay en las dos. Y en abundancia.
“¿Por qué no te reís de nadie de la Concertación?”
Peirano ha dicho que la “nostalgiosis” (como él la llamó) de quienes participaron -de las más diversas maneras- en la campaña del “No” en 1988 es parte de las generosas expectativas hacia el filme.
Pero hay que advertir que aquí el humor no reverencia a nadie.
La película mira con no poca sorna la “gravedad” de los dirigentes de la izquierda de ese entonces y su lenguaje de peña folclórica mix de comité central, así como evidencia las contradicciones vitales de los mismos publicistas que fueron fundamentales para el triunfo del plebiscito del 88.
En este sentido, no se puede decir lo mismo de “Kramer”.
Lo admite él mismo, en boca de uno de sus personajes-parodias: “¿por qué no te reís de nadie de la Concertación?”.
Buena pregunta…
“Kramer…” y “No” se nutren de actualidad, de chilenos de carne y hueso, la inmensa mayoría de ellos vivos y activos.
El René de Gael García Bernal es un ensamble de Eugenio García y José Manuel Salcedo; Jaime Vadell (¡notable! con su aire a lo Sergio Onofre Jarpa) es cualquiera de los ministros (o subsecretarios) de Pinochet. Así como Sergio Hernández es uno de los importantes generales que estaban en La Moneda.
En esos guiños fantásticos, es gracioso ver en reunión de gabinete, actuando como funcionarios del régimen, muy sentados revisando estrategias y situaciones, a… Eugenio García, precisamente, y Jaime de Aguirre, autor del jingle “La alegría ya viene” y actual director ejecutivo de Chilevisión.
Y suma y sigue…
Porque como un leitmotiv, el “No” inserta personas -como Patricio Aylwin y Patricio Bañados- en el rodaje con los actores, para luego dar paso al video que se está pronto a grabar dentro de la película.
“Kramer…” juega también con el mundo real: el actor caracterizado se cruza con sus parodiados en breves pero divertidos instantes; o mezcla uno real (Cristián Sánchez) con su parodia (Diana Bolocco), como se ve en el trailer.
Rivales y amigos
En “No” coexisten, conviven, discuten pero cohabitan y permanecen unidos dos bandos, dos miradas, dos Chile en pugna, representados por René (Gael García Bernal) y Lucho Guzmán (Alfredo Castro). Socios, más o menos amigos, rivales, uno será clave para la franja del No mientras el otro se la juega por el Sí.
El taquillazo (Kramer) convoca otros pedazos de país, tan populares y claves en la cultura pop que es inútil soslayarlos.
Estos estrenos, separados por una semana, son partes del Chile del Festival de Viña, y de los intersticios de la historia política reciente.
Y lo más increíble: a partir del jueves 9, juntos ocupan unas 150 salas en todo el país, ¡40 más! que el mismísimo “Batman”.
“NO”
Reparto: Gael García Bernal, Alfredo Castro, Luis Gnecco, Antonia Zegers, Marcial Tagle, Diego Muñoz, Néstor Cantillana, Jaime Vadell, Alejandro Goic.
Dirección: Pablo Larraín.
Guión: Pedro Peirano.
Producción: Gael García Bernal, Juan de Dios Larraín, Daniel Marc Dreifuss, Pablo Cruz, Diego Luna.
Duración: 1 hora 55.
TODO ESPECTADOR.
SINOPSIS: René Saavedra (García Bernal), hijo de un connotado dirigente de la oposición al gobierno de Pinochet, que ha pasado parte de su vida en el extranjero, trabaja como un exitoso publicista en la agencia de Lucho Guzmán (A. Castro). Su amigo Urrutia (L. Gnecco) llega a su oficina a pedirle su asesoría para la campaña del No en el Plebiscito del ’88. Sin darse cuenta, Saavedra, tras reunirse con otros creativos y dirigentes de los 17 partidos de la Concertación, se convertirá en el hombre clave para el triunfo del sector. Mientras, su jefe hará lo propio para el otro bando…
“KRAMER VS. STEFAN”.
Reparto: Stefan Kramer, Paloma Soto, Javiera Acevedo, Carolina Paulsen.
Dirección y guión: Stefan Kramer, Sebastián Freund, Lalo Prieto.
Producción: Kramer Producciones.
Duración: 100 minutos.
TODO ESPECTADOR.
Sinopsis: Stefan Kramer ha triunfado gloriosamente en el Festival de Viña. Con el advenimiento de las “luquitas”, se traslada junto a su mujer, Olivia (Paloma Soto), y sus 3 hijos a un tranquilo y bello condominio, encontrándose como vecino a Rafa Araneda. Kramer, que tiene de manager a Longton y ayudante al “Negro” Piñera, está lleno de trabajo… Mientras su mujer, una promisoria cantante de bellísima voz, se ve sola a cargo de la familia. Hasta que el Rafa les propondrá que participen en un programa concurso…
definitivamente creo que no hay comparación entre una película y la otra…son absolutamente diferentes en su contexto y en lo que quieren lograr….
La comparacion o competencia de kramer vs NO, es algo ilogico, es como comparar una comedia exito de adam sandler, con un drama bueno pero no tan exitoso de hollywood,
La peliculita del “NO” es historieta vieja. Nada puede hacer con algo nuevo y divertido. Baste con ver las estadisticas de publico en ver a cada una
¡Por supuesto! Siempre será más vendedor aquel que promete la risa fácil y el humor directo, más si tiene como soporte una apabullante publicidad previa.
La película NO por otro lado, nos recuerda una época dura y amarga que cambió bruscamente con un simple lápiz. A muchos nos recuerda el nerviosismo, el temor y la tensión antes y después de la votación. También nos recuerda los lazos creados, los momentos en que todos, con mucha ansiedad y con algo de heroísmo escondido, esperábamos el día en que superaríamos una época complicada.
El NO como película, nos recuerda que hace algunos años fuimos héroes y cambiamos este país por la vía menos recomendada por los extremos: el voto. Ya por esto, merece verla y guardarla en nuestros archivos.