Por Ana Josefa Silva V.
@ana_josefa
“UN DIOS SALVAJE” (“Carnage”) es una dinámica y vibrante obra de teatro, de la muy exitosa autora Yasmina Reza, que Roman Polanski trasladó, en este caso, al celuloide.
El elenco es inmejorable: Jodie Foster, Kate Winslet, John C. Reilly, Christoph Waltz (sólo asómese a mirar sus CV en www.imdb.com).
Dos parejas de padres, muy civilizados y correctos, conversan luego que sus hijos de 11 años han tenido un enfrentamiento en el parque cerca de su escuela, que terminó con un diente roto.
Penelope (J. Foster), una mujer tensa, autora de un libro de arte sobre alguna tribu africana, y Michael (J. C. Reilly), un sujeto elemental, padres de Ethan, el herido, reciben en su departamento a Nancy (K. Winslet) y Alan (C. Waltz), padres de Zach, el agresor. A cuatro manos y en completo y armónico acuerdo redactan un documento que detalla la situación. Los visitantes, aunque parecieran ser gente de más “roce”, a muy poco andar evidencian lo contrario. Ella, una nerviosa ejecutiva de inversiones; él, un abogado que no se despega de su celular; un hombre olímpicamente mal educado.
La tensión, que es evidente desde las primeras escenas bajo la apariencia de las buenas y civilizadas maneras de cuatro sujetos de un país del Primer Mundo, empieza a escalar junto con las palabras, las mismas que han sido cuidadosamente reprimidas, pero que pronto explotan como si tuvieran vida propia.
No sólo no es real tanta armonía entre ambas familias, sino que pronto emergen a la superficie los asuntos no resueltos que hay al interior de las mismas parejas…
Polanski y Reza ya han trabajado juntos, y para este filme ella además contribuyó al guión.
El resultado es una película definitivamente teatral, como pueda ser obvio concluir, que, eso sí, utiliza el lenguaje cinematográfico para construir la atmósfera de encierro sofocante en que se desenvuelven los personajes, percutor de todo lo que allí tenga que salir disparado.
Pero a poco andar, la tensión que propone el texto, y que va escalando a medida que brotan las palabras, comienza a diluirse, a pesar de los notables aportes histriónicos de los actores.
Hay momentos sublimes, como todo lo que ocurre alrededor del kuchen (o pie) hecho por la dueña de casa y el teléfono móvil de Alan, así como el fijo de la casa, a donde llama la madre de Michael.
El prólogo y el epílogo están absolutamente demás…
En Chile también se han representado obras de Yasmina Reza, como la muy famosa “Art” (en más de un montaje). Y también vimos una versión bonaerense de “Un dios salvaje”, en el Teatro Nescafé de las Artes, en mayo del año pasado. Allí el acento estaba en la comedia que hay tras este drama. En la película de Polanski —que hizo mientras estaba encerrado en su refugio suizo, resolviendo la última petición de extradición a EE.UU.— casi no quedan rastros de este humor negro, aunque también desdibuja la amargura, sin decidirse por una u otra.
“Un dios…” no es ciertamente lo más luminoso del notable cineasta que es Polanski. No obstante, la discusión que propone y las magníficas actuaciones de Waltz, Reilly, Winslet y Foster —en ese orden— la convierten en una película interesante de ver.
IDEAL PARA: padres y apoderados; profes, inspectores, orientadores.
Se nota mucho que es una pieza teatral, por lo tanto, prescindible para el cine, con un guíon bien ´debil que se hace casi insoportable, y sólo levanta al final gracias a las salidas del personaje de Christopher Waltz. Las actuaciones están bien, es la historia la que es muy poco atractiva, predecible y repetida, la tipica trama de las personalidades ocultas, arquetipicas, en el contexto de la sociedad moderna, que salen a la luz en un espacio cerrado, bla, bla, bla, ningun aporte a la filmografía de Polanski. Menos mal que es corta (algo asi como 75 min inusual), o el sopor es inevitable.
POLANSKI ES UN CINEASTA FUNDAMENTAL DENTRO DE LA HISTORIA DEL CINE. OBRAS COMO CHINATOWN, EL BEBE DE ROSEMARY, EL PIANISTA Y MUCHAS OTRAS CONFORMAN UNA FILMOGRAFIA DE UN MUY BUEN CINE Y QUE NOS REGALADO, AL MENOS, DOS OBRAS MAESTRAS. ESTE FILM REAFIRMA SU BUEN PULSO NARRATIVO Y NOS DEMUESTRA , UNA VEZ MAS, SU CONSOLIDADO OFICIO.
EN SUMA, UNA EXCELENTE OBRA DE TEATRO EN MANOS DE UN GRAN DIRECTOR!
JORGE URIBE ALVAREZ, ESPECIALISTA EN CINE.
juribea59@gmail.com