Raúl Ruiz se despide
Por Andrés Nazarala R.
El cineasta Raúl Ruiz siempre tuvo la habilidad de adoptar historias ajenas y hacerlas propias, incorporándolas a un mundo personal donde son capaces de dialogar con otros referentes y conformar una suerte de sincretismo universal. “LA NOCHE DE ENFRENTE” es su película de despedida —la filmó cuando estaba enfermo y la muerte se sentía cercana—, pero también la adaptación del libro homónimo de Hernán del Solar (1901-1985), que recopila nueve relatos breves. La cinta toma principalmente dos: “Pata de palo”, sobre un niño y sus amigos imaginarios, y “Rododendro”, la historia de un jubilado que espera la muerte en una triste pensión.
Entre las evocaciones de infancia —en Quilpué, donde el director vivió— y los sinsabores de sus últimos días, Don Celso Barra (un magnífico Sergio Hernández) se hunde en los universos fantasmales que Ruiz tan bien sabía construir; territorios insólitos donde asuntos mundanales como la burocracia de oficina pueden convivir con la fantasía, el diálogo con artistas célebres (el escritor francés Jean Giono, Beethoven) y una realidad onírica donde muertos y vivos no están distanciados. Ruiz mete todo en su licuadora, con erudición, ingenio, sentido lúdico y una resistencia a presentarse solemne ante la muerte. Pese a todo, “La noche de enfrente” termina siendo conmovedora; un logro inevitablemente potenciado por el hecho de que el realizador ya no está con nosotros.
“LA NOCHE DE ENFRENTE”
Dirección: Raúl Ruiz.
Reparto: Sergio Hernández, Christian Vadim, Chamila Rodríguez, Valentina Vargas.
Duración: 1 hora 50 minutos.
Chile/Francia, 2012.
TODO ESPECTADOR.
BUENA