Por Andrés Nazarala R.
El 2012 ha corroborado que la cartelera comercial tiene poco interés en renovarse o acoger películas distintas. La salvaron algunas apuestas arriesgadas -y, por lo mismo, no exentas de polémica a la hora de la apreciación- y dos clásicos que regresaron “enchulados” por la tecnología: “El Padrino” y “Casablanca”.
Mérito aparte para la no-bien-aprovechada Cineteca Nacional que estrenó dos cintas notables: La uruguaya “La vida útil” -centrada paradójicamente en un empleado de la Cinemateca Uruguaya que debe lidiar con la disminución de la asistencia de público- y “El estudiante”, película argentina que disecciona, con agudeza, los movimientos estudiantiles y los mecanismos de poder.
Otras cintas que valieron la pena (sin orden de preferencia):
-”Frankenweenie”: Tim Burton demostró que aún le queda algo de la sensibilidad de antaño.
-”Argo”: Una historia insólita rescatada del olvido por un Ben Affleck que vuelve a demostrar que es mejor director que actor.
-”Ruby, la chica de mis sueños”: La mirada al circuito cerrado de un escritor en ropajes de comedia aparantemente liviana.
-”Looper”: Con un Bruce Willis en la línea de “12 Monos”, demostró que aún hay inteligencia en el planeta Ciencia Ficción.
-”El árbol de la vida”: Una experiencia sensorial a cargo del siempre sorprendente Terrence Malick. Fue tan amada como odiada por el público local.
-”Enter the void”: Tan desagradable como inesperada. La última provocación de un Gaspar Noé (“Irreversible”) empeñado en buscar nuevas formas narrativas.
-”Un método peligroso”: David Cronenberg hizo lo imposible: recrear el encuentro entre Freud y Jung sin caer en caricaturas.
Además, fue un año bastante bueno para el cine chileno, con películas como…
-”Bonsái”: Nostálgica adaptación de la novela de Alejandro Zambra.
-”No”: El hábil retrato de la entrañable campaña que ayudó a sacar a Pinochet del poder.
-”Verano”: Una película personal y melancólica que apela a los sentidos.
-”La noche de enfrente”: La despedida triunfal de Raúl Ruiz (en la foto).
-”Mi último round”: Una película de boxeo que también funciona como el retrato sombrío de un Chile intolerante.
De las nombradas solo me gustaron Looper y Argo.