Por Marco Antonio de la Parra
@marcodelaparra
En un dispositivo escénico inquietante, de líneas que se pierden perturbadoras en distintos puntos de fuga, DISTINTO desarrolla una historia de amor y deseo que habrá escrito Eugene O’Neill, pero huele a poco andar a David Lynch, el de “Mulholland Drive” y “Terciopelo azul”, tocado por la mano deconstructora de Alfredo Castro.
Una promesa amorosa desencadena el desgarro, la culpa, la lujuria, el pecado, la muerte, la ruina.
El texto está pasado por la trituradora en un intento de conseguir que la vulgaridad a la chilena transmita un estado de descomposición moral, lo que se logra lamentablemente sólo por momentos, provocando risa en otras.
Un inspirado Marcelo Alonso, que consigue notas de emoción profundas en algunos instantes, lidera un elenco dispar donde campea Paloma Moreno, consiguiendo evocar a Isabella Rossellini en “Terciopelo Azul”.
Se agradece el oído musical de los intérpretes y la obra consigue doler en algunos instantes e incomodar al público.
DISTINTO es distinta, fragmentada, expresiva, con un trabajo prolijo de iluminación pero escasa atención al vestuario, consiguiendo un aplauso agradecido de los espectadores sobre todo para los dos roles principales, muy por encima del resto, algo fuera del registro emotivo de la pieza que resiste los buscados empellones de la puesta.
Como final de boca, la belleza de la escena destruida, tal como la protagonista y el dolor de la canción final, testimonio de esta desgarrada balada que es DISTINTO.
“Distinto”. De Eugene O’Neill. Dirección: Alfredo Castro. Actuación: Marcelo Alonso, Paloma Moreno y elenco. Teatro Municipal de Las Condes. 20 hrs. Hasta el domingo 6.