Por Marco Antonio de la Parra
@marcodelaparra
Si es fanático del Tarantino más duro, quiere saber de dónde viene el realismo más sucio y le fascinó la película FARGO, Donald Ray Pollock lo hará delirar. Nacido en el pueblo de Knockemstiff (título de su brillante primer libro de cuentos), en Ohio, se lanza en EL DIABLO A TODAS HORAS en una aventura novelesca cáustica, fuerte, que cruza la novela más negra imaginable con cierto despliegue gore en una trenza de aventuras donde el crimen y la perversión se dan la mano en una trama apasionante incluyendo asesinos en serie, predicadores corruptos, delirantes en un duelo psicótico y un protagonista dolido y quebrado que dará un final de oro a una novela que por momentos casi da miedo leer y que se corona en un desenlace perfecto.
De seguro alguien está negociando sus derechos para el cine y debe ser alguien con talento para conseguir belleza del horror. Donald Ray Pollock agrega a esto una buena carga de humor explosivo, ése que huele a dinamita y gasolina.
Un escritorazo, una pluma potente y desgarradora, un auténtico descubrimiento. Editado por Libros del Silencio, no es fácil encontrarlo y mejor encargarlo a España. Y si lo hace encargue también el libro de cuentos, donde está este germen del mal que D.R. Pollock convoca como nadie, quizás el más duro Cormac McCarthy, pero esto duele incluso más. De veras.
Para espíritus más sensibles, de esos que a la violencia y el horror le hacen una finta, nada mejor que subirse a la moda de redescubrimiento de Natsume Soseki. Partió tenue y divertida con las memorias de YO, UN GATO, de esos textos narrados por animales que recordarán LAS OPINIONES DEL GATO MURR de E.T.Hoffman y luego el divertido volumen de las aventuras de un muy particular maestro rural en BOTCHAN. Fundador de la novela japonesa moderna, escritor de comienzos del siglo XX, Natsume Soseki está en las lecturas de todos los grandes posteriores, desde Kawabata a Oé.
Formado en la literatura inglesa, consiguió darle un golpe de timón a la narrativa nipona dejándose influenciar para conseguir una obra vivaz, ágil, profunda y delicada cuando fuese necesario. Su obra maestra, una obra maestra en la historia de la literatura, es sin duda KOKORO, que pudo ser traducido como “El corazón de las cosas” o, cómo se hizo en francés, “El pobre corazón de los hombres”.
Novela armada sobre la figura eterna y dolorosa del triángulo, es también de iniciación y de formación. Escrita con un paso perfecto, profunda y penetrante, trabaja sobre lo más íntimo, sobre lo más humano, sobre las aristas de esta figura amorosa. Uno entiende que Murakami lo designe como uno de sus autores de cabecera. Reirán con sus novelas como se les encogerá el corazón con KOKORO (que significa eso: corazón). Elijan a gusto.
De esos textos imprescindibles para mirar mucho más allá de Occidente. Como EL DIABLO A TODAS HORAS nos sumerge en lo peor de este lado del mundo, ambos son antípodas de la misma búsqueda, el bello dolor de la condición humana.