Por Ana Josefa Silva V.
@ana_josefa
Estética y personajes de cómic, bajo presupuesto evidente y una historia urbana cualquiera para mezclar violencia y sexo del menos estilizado posible, cruzado todo por destellos de humor, es el cóctel que ofrece “TRAIGANME LA CABEZA DE LA MUJER METRALLETA”, un intento del siempre original realizador Ernesto Díaz por hacer su propio “explotation” (subgénero de los 70, con los ingredientes ya mencionados, destinado a un público que buscaba entretención).
La urbe en este caso es Santiago y la chica, una letal mujer (Fernanda Urrejola, ¡espectacular!) que da fe de su apodo en una pasada por un local del centro arrasando con unos cuantos sujetos a balazo limpio. Botas largas y altas, un breve atuendo de cuero cubriéndole casi lo indispensable, el cinto con los cartuchos de bala en bandolera, la boca roja, ella irrumpe empuñando armas y disparando a diestra y siniestra para desaparecer de la escena en un jeep sucio y carreteado.
Ella es la ex de Che Longana (Jorge Alis), el mafioso dueño de un local donde el perno de Santiago (¡bien Matías Oviedo!), un perfecto representante de la generación Y, oficia de DJ. Precisamente porque siempre está donde no debe, Chago se ve involucrado hasta las masas en una trama en la que cada cabeza tiene su precio y el que maneja el “staff” es un fláite algo mayorcito (Mauricio Pesutic, muy gracioso).
Jugando con una gráfica casi vintage, la pantalla instala leyendas y títulos en colores y caracteres gruesos, tanto para introducir personajes como para marcar secuencias.
Así desfilan victimarios y víctimas en una danza intercambiable, en escenas de alta violencia -algunas de voltaje sádico derivando a “gore”- y algo de humor disperso por ahí. Aun con estos elementos en juego y con tanta sangre y balas prodigadas, la película pierde tensión en más de una oportunidad.
Ernesto Díaz es un realizador de mucha valía: con pasión, y también las más de las veces con acierto, se ha arriesgado a explorar caminos por los que nadie, por estos lados, ha intentado transitar. “Tráiganme la cabeza…” es el más fallido de estos intentos: está muy por debajo de sus pergaminos (“Kiltro”; la muy lograda y graciosa “Mirageman”). La construcción narrativa funciona a ratos y decae de frentón por momentos. Tiene chispazos interesantes, algunas escenas muy bien logradas, nada que sume lo suficiente como para alcanzar a configurar un todo efectivo. De Sam Peckinpah (fallecido prematuramente en 1984), sólo el guiño del título para su película “Traigan la cabeza de Alfredo García” (1974), ese interesante ejercicio de la violencia en el lenguaje cinematográfico.
Lo que Díaz conserva intacto es su talento para obtener el mayor lustre de sus actores. Fernanda Urrejola tiene motivos de sobra para sentirse orgullosa y lucir en su currículum esta incursión en el cine. Y no únicamente porque se ve esplendorosa y sexy a más no poder, sino porque lo que se ve en pantalla es un personaje de tomo y lomo. Lo mismo ocurre con secundarios como los de Oviedo y Pesutic (no así con el sobreactuado Jorge Alis). Pero finalmente el resultado general es más bien decepcionante.
“TRAIGANME LA CABEZA DE LA MUJER METRALLETA”
Reparto: Fernanda Urrejola, Matías Oviedo, Francisca Castillo, Jorge Alis, Mauricio Pesutic.
Dirección y guión: Ernesto Díaz.
Chile, 2012.
Duración: 1 hora 15.
A todo esto consultaron con Paty la verdadera mujer metralleta?
Ana Josefa, objetivo su comentario. Solo enfatizar en que Jorge Alis es un pésimo actor, ese papel lo pudo haber realizado cualquiera de nuestros buenos actores. Dejelo solo para bailar Tangos, que ni para enseñar es bueno.