Por Andrés Nazarala R.
“Mi villano favorito 2″ es una buena prueba de cómo alargar una apuesta con imaginación, tomando principalmente en cuenta que la primera parte -estrenada en 2010- cerraba perfectamente bien: era la fábula moral de un ambicioso villano que termina convertido en héroe y en padre modelo de tres pequeñas huérfanas.
Ahora no quedan rastros de maldad en ‘Gru’; sólo cierta dureza y autoritarismo al reclamar cuando las cosas no salen bien. Está claro, no obstante, que no tiene intenciones de volver a las fechorías de los viejos tiempos sino que reafirmar su condición de héroe.
La oportunidad se la da una organización ultra secreta -liderada por la simpática agente Lucy- que está tras los pasos de un villano que pretende apoderarse del mundo.
Pero lo interesante de “Mi villano favorito 2″ es que, al margen de la acción, se nota cierta intención en abordar la adultez y sus responsabilidades. ‘Gru’ está más preocupado en ser un buen padre para sus tres hijas que en detener el plan de destrucción del enemigo. La búsqueda de una madre ideal para las niñas -a fuerza incluso de malas citas- es también una preocupación capital para el personaje.
En conjugar estas temáticas adultas con elementos atractivos para el público infantil radica el talento de los guionistas Ken Daurio y Cinco Paul, quienes han evolucionado también en materia de humor. Porque esta secuela es mucho más graciosa que la entrega anterior. Y también más libre, con escenas de baile y canciones interpretadas por los Minions, los pequeños ayudantes de Gru que adornan todo el filme y funcionan como una suerte de coro griego.
El 3D vuelve a ser un complemento de rigor que no tiene mucho sentido. Salvo en una que otra escena… y en un final que parece un laboratorio de tridimensionalidad. Quédese hasta que terminen los créditos.
“MI VILLANO FAVORITO 2″
(“Despicable Me 2″)
Dirección: Pierre Coffin, Chris Renaud.
EE.UU., 2013.
Duración: 98 minutos.
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