Efectivamente. El mundo musical se encuentra celebrando tres importantes aniversarios en este año 2013. Por todas partes cunden los homenajes por los 200 años del nacimiento de dos grandes compositores, Giuseppe Verdi y Richard Wagner, y los 100 años del inglés Benjamin Britten, quizás el más importante músico que haya producido el Reino Unido de Gran Bretaña en toda su historia.
Verdi y Wagner son con toda probabilidad los más importantes compositores en la historia de la ópera, cuya influencia y legado llegan hasta nuestros días.
Curiosa coincidencia que dos personajes tan célebres hayan nacido el mismo año 1813. Veintiocho óperas y una Misa de Requiem son el legado del maestro Verdi mientras que 13 óperas son las que nos dejó Wagner y que incluyen el gran ciclo “El Anillo del Nibelungo”, la famosa tetralogía que incluye un Prólogo -una ópera en sí- y 3 óperas más.
Ambos músicos fueron personajes influyentes en la vida política y social de su época. Verdi, un gran nacionalista, partidario y promotor de la unificación italiana; y Wagner, un idealista político que vivió con intensidad sus ideas y convicciones, llegando a constituirse en un personaje de mucha importancia en la corte del rey Luis II de Baviera.
A tal extremo llegó su amistad que fue este monarca quien hizo construir el célebre Teatro de los Festivales de Bayreuth dedicado únicamente a divulgar la obra del compositor alemán.
Por su parte, Benjamin Britten fue un músico del siglo XX. Fallecido en 1976, fue un compositor prolífico que repartió su composición entre la ópera (12), narraciones para iglesia, música sinfónica, coral y de cámara. Curiosamente, su fama fue simultánea a la del celebérrimo grupo Los Beatles. ¡Vaya coincidencia!
El mundo celebra hoy a estos tres grandes de la música. Centenares de teatros repartidos por todo el orbe han centrado buena parte de su programación en homenaje a ellos. Bayreuth está próximo a estrenar -y hay gran expectación- el nuevo “Anillo” wagneriano.
En Italia se celebra a Verdi de un modo especial, programando prácticamente todas sus óperas. Nuevas producciones de sus obras se estrenan por todas partes, repartidas en temporadas y festivales (algunas con gran escándalo como el reciente “El Trovador” de Munich o “Un Baile de Máscaras” en La Scala de Milán).
En Santiago está próxima a representarse la ópera “Billy Budd”, de Britten, montaje que constituirá el estreno latinoamericano para esta obra maestra. Estrenada en 1951 y luego revisada y reestrenada por el mismo compositor en 1960, tiene un fuerte acento dramático.
Sólo hay hombres y la acción se sitúa en un barco donde imperan la maldad y la envidia y en el cual un joven marinero es ejecutado por ser alguien distinto al mundo de la crueldad que impera en él.
La Fundación Britten-Pears otorgó al Teatro Municipal de Santiago, en conjunto con el Teatro Argentino de La Plata, uno de los pocos premios en dinero que asignó dicha fundación en todo el mundo para proyectos relevantes en torno al compositor inglés en el año del centenario de su nacimiento