Por Andrés Nazarala R.
“Ayer, Julieta denunciaba a Romeo por malos tratos en el juzgado”, cantaba Joaquín Sabina hace algunos años, contrastando el amor idealizado del clásico de Shakespeare con la realidad áspera de una relación devenida en violencia. Una contraposición similar es la que ofrece el director Richard Linklater en esta última (?) entrega de la saga que nació en 1995 con “Antes del amanecer” , película entrañable en la que dos jóvenes -el estadounidense Jesse (Ethan Hawke) y la francesa Celine (Julie Delpy)- se conocen en un tren en Europa y deciden recorrer Viena juntos, antes de separarse con la promesa de volver a encontrarse en el mismo lugar dentro de un año. No se vieron hasta casi una década más tarde con “Antes del atardecer” (2004), la mejor de toda la serie, una cinta de transición en la que los protagonistas comprueban que el sentimiento sigue ahí, ahora en las calles de París y con la música de Nina Simone como emotivo cierre de capítulo.
“ANTES DE LA MEDIANOCHE” muestra a unos cuarentones Jesse y Celine, nueve años más tarde, ahora casados (sí, se casaron) y vacacionando en Grecia junto a sus hijas gemelas. Mientras maneja, él le confiesa a ella una preocupación: le pesa ser un padre ausente -su hijo vive en Estados Unidos, junto a su primera mujer- y está pensando seriamente en la posibilidad de que se muden de París a Chicago para estar más cerca del adolescente. A ella no le gusta el plan.
La cámara los sigue a través de una Grecia acogedora -en la que no se ven atisbos de la crisis económica- y en un momento crucial en el que el hastío de la vida en pareja, las inseguridades, las frustraciones, el peso de la edad (“soy una francesa culona”, se autodefine ella) y las diferencias salen a la superficie. Es claramente una apuesta más desesperanzada y amarga que las anteriores, pero está lejos de la caricatura. Y ahí radica probablemente la clave del éxito de la saga: en la dimensión real de Jesse y Celine, con sus contradicciones y complejidades.
Linklater vuelve a brillar como un hábil creador de diálogos -virtud que ha demostrado desde la influyente “Slacker” (1991)-, que funcionan aquí como armas de batalla y también ayudan a vislumbrar la disyuntiva que ha planteado la saga desde su inicio. Como en una escena que transcurre en la casa de un respetado escritor griego, en la que los presentes plantean sus concepciones sobre las relaciones, desde dos adolescentes que mantienen un noviazgo a distancia (como Jesse y Celine pero con Skype de por medio) hasta una anciana que recuerda a su marido muerto. La cinta no deja de reflexionar sobre el amor desde estos múltiples ángulos, siempre a la luz de la entrañable pareja protagónica.
No es forzado comparar “Antes de la medianoche” con “El amor en fuga”, de François Truffaut, el cierre de la saga de Antoine Doinel (personaje que el director siguió desde su infancia con “Los 400 golpes”), que justamente narra su crisis conyugal. Ambas ponen en jaque las idealizaciones de juventud y presentan conflictos que pesan en el público porque, más allá de toda crítica posible, han alcanzado un logro innegable: construir personajes que se sienten reales y parecieran existir más allá de la pantalla.
“ANTES DE LA MEDIANOCHE”
(“Before Midnight”)
Reparto: Ethan Hawke, Julie Delpy.
Dirección: Richard Linklater.
EE.UU., 2013.
Duración: 109 minutos.
MAYORES DE 14 AÑOS.
BUENA
Linda reseña, comparto con lo escrito. Es una película real, no caricaturesca del amor. Es real, donde se van a emocionar las jóvenes de 15 años, hasta las mujeres maduras de 65, si lo ven con el corazón abierto y entendiendo que las películas de amor que siempre nos venden, no se acercan a la realidad. A pesar de los años y de los diferentes escenarios, Jesse y Celine siguen emocionando como en la primera película. Las conversaciones son cada vez mas maduras, pero emotivas siempre.
Un detalle, ellos quedaron de juntarse la primera vez en 6 meses, no en un año. Y ellos no se han casado, cuentan de que les hacen creer a las niñas que si, pero no.