Por Francisco Javier Bernales
A tablero vuelto, el Teatro Municipal de Las Condes pasó este jueves a su mayoría de edad, al estrenar por primera vez una ópera, usando el foso y sus instalaciones como corresponde a su envergadura y extraordinario potencial.
La ópera de Mozart, ” Cosí Fan Tutte”, sirvió de base para crear una adaptación abreviada: la más extraordinaria obra del compositor para muchos, entre los que nos incluimos. Por esta razón era muy importante que la adaptación fuera de calidad y no nos defraudamos para nada: un elenco de altísimo nivel, muy parejo, entre los que destacamos a la soprano Paulina González como Fiordiligi, con una voz exacta para el rol y que además lo interpretó de manera soberbia, respetando las coloraturas y la musicalidad que sólo el perfecto dominio de su voz puede ayudar a completar la misión.
También destacamos al barítono Javier Weibel como Guglielmo, de voz grande y muy bien timbrada, estupendo actor y muy musical. Ferrando, en manos de otro excelente intérprete, el tenor Sergio Járlaz , voz muy agradable, bien timbrada y de volumen respetable. Andrea Aguilar como Dorabella nos dejó muy impresionados por su bello timbre y su acertada musicalidad, además se afiataba muy bien con Fiordiligi. Sus duetos fueron de primer nivel. Buenos cantantes y buenos actores fueron Andrea Betancur con una hilarante y desgarbada Despina y Rodrigo Navarrete como un sabio Don Alfonso, un elenco de primer orden, muy parejo en esta muy difícil obra.
La parte musical estuvo a cargo de Eduardo Browne . Dirigió a una sorprendente orquesta de tan sólo 10 músicos y salió adelante. Obviamente hubiésemos preferido una orquesta algo más contundente, al menos unos 25 músicos, pero para esta adaptación del original salió airoso. Su concepción musical fue casi perfecta, salvo por los tempi algo veloces en algunos pasajes y que impidieron gozar de toda la profundidad de la partitura, al no dejar masticar la música escrita por Mozart. A la vez, dificultaron a los intérpretes en el fraseo; sin embargo, se debe reconocer que la sonoridad sacada a esa pequeña orquesta, lo mismo que su coherencia, fueron extraordinarias y es mérito del director el que hayamos podido gozar de la obra.
Para la puesta en escena, aplaudimos a Miryam Singer muy efusivamente. Genial la proyección y el video. Casi no se necesitaron más que algunos muebles sueltos para completar a bajo costo una producción acabada y seria en el ámbito visual, que sólo se vió perjudicada por la innecesaria incorporación de la nueva tendencia de cambiar de época las óperas tradicionales. Afortunadamente, la tentación duró sólo pocos momentos, ya que la ópera casi en su totalidad se desarrolló en su época original, apegándose al libreto. Los listones de tela que permitían la entrada de los personajes estuvieron geniales, y esto demuestra que no se necesitan grandes escenografías corpóreas para realizar una puesta en escena seria y contundente.
La regie estuvo bien, considerando que ésta no es la ópera “Cosí Fan Tutte” tal como la concibió Mozart. Es una adaptación basada en el original, pero de muy buena calidad y abreviada para, con los medios disponibles, poder acercarse lo más posible a ella. Hubo personajes actorales agregados que le dieron simpatía y liviandad y que en esta adaptación estuvieron acertados.
El Teatro Municipal de Las Condes inicia de esta manera una nueva etapa de compromiso con el público. Esperamos que los próximos estrenos sean de óperas completas y tan serias como lo que acabamos de ver. Con su infraestructura, su ubicación y su acústica, podemos esperar prontamente nuevos títulos con la misma calidad que hoy nos ha presentado. El teatro con esto entró a las grandes ligas y no debe bajar a segunda división. Ya no puede volver atrás, porque demostró que puede hacer esto y muchísimo más.