Por Andrés Rodríguez
El viejo coliseo romano llamado hoy en día la “Arena de Verona”, construido en el siglo I D.C., está celebrando en este año 2013 el centenario desde la creación de su célebre festival.
Ubicado en el corazón de Verona y en una de las plazas más hermosas de Italia, la Plaza Brà; la Arena dispone de una capacidad para 14.000 espectadores. Es el teatro al aire libre más grande del mundo.
Fue el 10 de agosto de 1913 cuando se hizo la primera representación lírica en ese megateatro construido en tiempos del imperio romano. Y “Aída”, de Verdi fue el título elegido para dar comienzo al festival.
Dedicado fundamentalmente a las representaciones operáticas y en especial a los títulos de gran formato y espectacularidad como “Aída”, “Nabucco”, “Carmen” y “Romeo y Julieta” (clásico que no puede faltar en la ciudad donde Shakespeare ambientó su célebre historia).
La Arena de Verona lleva adelante una temporada veraniega que excede los dos meses. Desde fines de junio hasta la primera semana de septiembre de cada año la temporada ve desfilar decenas de artistas, cantantes, creadores y escenógrafos que animan cada noche un espectáculo diferente.
Se trata de un gran recinto de piedra, semicircular, abierto, en donde la acústica es privilegiada. De hecho, ni los cantantes ni la orquesta tienen amplificación.
Su reverberación y eco natural hacen que en todo el vasto espacio del anfiteatro se escuche bien. Muchas veces la lluvia suele interrumpir una función. Pero no es problema. Con las primeras gotas, se suspende el espectáculo y continúa cuando pasan los chubascos o las lluvias propias del verano.
La temporada del centenario, que se desarrolla en estos días, cuenta con la dirección artística honoraria del célebre tenor Plácido Domingo, quien debutara en la Arena en 1979 y muchas de las actividades de este año lo han tenido a él como protagonista: cantando el rol titular de “Nabucco”(ahora como barítono), dirigiendo las óperas “Aída” y “Rigoletto”, protagonizando galas dedicadas a Wagner y Verdi que conmemoran los 200 años de sus respectivos nacimientos), participando en un concierto junto a los pasados ganadores de su concurso Operalia -transformados en grandes estrellas de la lírica- y llevando adelante su competencia de canto que este año se realizó en dicha ciudad.
Severamente castigada por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, los edificios que fueron dañados se repararon o reconstruyeron rápidamente. Y muchos monumentos históricos fueron protegidos con celo por los propios veroneses para evitar que fueran dañados. Así, Verona conserva un gran patrimonio cultural y un espacio único para las representaciones líricas: La Arena de Verona.