Por Ana Josefa Silva V.
@ana_josefa
¡Oscar a la Dirección de Arte y al departamento del diseño de la producción ya!
Y premio especial al (o los) arquitectos que dibujaron el mundo-satélite “ELYSIUM” que le da el nombre a la película que tiene a Jodie Foster como una Ministra de Defensa —que más parece jefa de una cruza de todas las siniestras policías secretas que ha conocido nuestra historia— y a Matt Damon como el antihéroe que se las sufre y suda por salvar lo insalvable, que en este caso es el planeta Tierra.
Mirar las imágenes que nos ofrece “Elysium” es como para quedar con la boca abierta. Ahora, si el guión y el relato funcionan y/o lo envuelven a uno eficientemente en su cuento, eso es otra cosa…
Este es un planeta, el de fines del siglo XXI, en el que todas las maldiciones que describió Marx con la ayuda de Engels, y que también ocuparon a pensadores ingleses del siglo XIX como el mismísimo Charles Dickens, se cumplen, pero mezcladas con las más apocalípticas amenazas ecologistas duras del tipo Douglas Tompkins. Súmele el apartheid sudafricano llevado a su máxima expresión y ya está la película.
La Tierra está sobrepoblada y contaminada. Ante lo cual los ricos —filo-nazi-fascistas-capitalistas repugnantes— han logrado armarse su mundo aparte fuera del planeta, en un megasatélite, Elysium, donde la vida no sólo es como la parte bonita de Jamaica sino que con tecnología y medicina de punta, de la que que no se habrían soñado ni Zeus en el Olimpo ni Nip Tuc en sus mejores épocas.
Max (M. Damon) y Frey (Alice Braga) son dos niños huérfanos, como miles, que son recogidos y criados por monjitas buenas personas que hablan castellano (porque esto sucede en Los Angeles, California). La vida allí es en calles polvorosas y desoladas y los hospitales parecen de campaña de algún lugar perdido y miserable de Africa. La escasez campea por todas partes y en todos los sentidos (mucho más que el papel confort de Venezuela).
Este 2154, Los Angeles es como La Legua emergencia. Lo que sí funciona es un cuerpo de policías-robot inexpugnables que “escanean” el prontuario de cualquiera, en controles ordenados por la Ministra desde su planeta aparte, cuando la subversión le parece mucha. Y Max, ya un hombre hecho y derecho, lo tiene: alguna vez fue el mejor robando autos, aunque ahora trabaja en una fábrica donde un rico vigila a los obreros desde su cúpula de vidrio inmaculada y al desocuparse en la tarde vuela hacia Elysium (15 minutos de viaje).
Pero Max también tiene amigos del barrio, como Julio (Diego Luna), y Frey, con quien se reencuentra como enfermera en un hospital, con su hijita con leucemia.
Mientras, en el cielo, a vista y paciencia de los pobres del mundo, brilla Elysium. Allá, el lujo, el confort y el refinamiento se ordenan bajo la mano férrea de Delacourt (Jodie Foster), una eficiente guardiana a quien ciertos detalles de las leyes, la ética y los derechos, así como el Presidente que se los recuerda, la tienen sin cuidado. Ella mantiene agentes ilegales en la Tierra con armas-misiles capaces de derribar las naves que cada cierto tiempo logran ingresar con refugiados (tal como en la horrorosa tragedia de Lampedusa) a la atmósfera de Elysium. El negocio de los emigrantes lo maneja un mafioso-hacker, del que se valdrá Max para sus próximas acciones heroicas.
De la cautivante “Distrito 9”, con la cual con más imaginación que recursos debutara Neil Blomkamp como director y guionista, aquí queda bien poco. El sudafricano que ganara fama y el León de Cannes por su trilogía de cortos de “Halo” parece haber sido absorbido por la industria. A la obviedad de su discurso y su algo infantil manera de presentar su reclamo anti desigualdad, se suman escenas melosas en exceso y racontos sentimentaloides que restan nervio y desconectan al espectador de ese asombro crédulo necesario a una película que como artefacto de acción fantástica habría estado espléndido.
Si le interesa el diseño, véala.
IDEAL PARA: repasar el marxismo, el fascismo, la ecología profunda, la arquitectura.
ELYSIUM
Reparto: Matt Damon, Jodie Foster, Alice Braga, Diego Luna.
Dirección y guión: Neill Blomkamp.
EE.UU., 2013.
Duración: 109 minutos.
Mayores de 14.
ENTRETENIDA
parece que la filmaron en CHILE,con nuestra ” delacourt” propia,la veo seguido en la TV.
De vez en cuando Hollywood, hace estas películas de “contenido social”, los ricos mas ricos y bellos que nunca y los pobres mas pobre viviendo en los restos del sueño americano. Marxismo puro. La primera de estas peliculas fue Metropolis dirigida por un director aleman que sin duda era comunista Fritz Lang, otro refugiado politico de la Alemania nazi.
Les dura poco, luego vuelven en sus autos de lujo a sus mansiones con bellas piscinas a mirar el atardecer en el Pacìfico desde Malibu, Santa Barbara o de las colinas de Hollywood, privilegios de unos pocos.