Por Andrés Nazarala R.
Cuando el uso del 3D en el cine ha perdido el rumbo (su uso indiscriminado ha anulado toda magia), Metallica lo rescata para convertir la función cinematográfica en una experiencia cercana a verlos en vivo. Con una panorámica privilegiada, sobrevolando el escenario, acercándose a cada uno de sus cuatro miembros, contemplando la devoción de los fans…
“METALLICA: THROUGH THE NEVER” es, antes que todo, el registro de un demoledor concierto que se potencia con los lentes 3D y el sistema de sonido de las salas de hoy. Un show superior al que ofrecieron en Chile en 2010, básicamente porque aquí lanzan toda su artillería de efectos en beneficio del espectáculo cinematográfico: rayos láser, la famosa bobina de Tesla (el célebre transformador resonante que lleva el nombre de su inventor) simulando las descargas de una silla eléctrica, una estatua gigante de la Señora Justicia (en referencia al disco “And justice for all”) que se destruye en pedazos, fuego y otras parafernalias que se van desplegando a medida que avanza el show. Nada que decir de una interpretación impecable ni de un repertorio que combina clásicos con composiciones más recientes.
Pero el filme pretende ser más que una actuación filmada. Por eso, va intercalando escenas de un joven roadie del grupo que debe ir en busca de un misterioso bolso, enfrentándose a una ciudad marcada por la violencia, donde hay autos en llamas, enfrentamientos entre un grupo de manifestantes y policías, incluso un jinete del Apocalipsis que deja a sus víctimas colgando de los postes de electricidad. La historia se mantiene intencionalmente críptica y, aunque no molesta ni nos aleja de la experiencia musical, no es mucho lo que aporta.
Resulta más interesante lo que pasa sobre el escenario. Y el ego monumental de una banda acostumbrada a grandes proezas. Cuatro músicos conscientes del mito que han creado —James Hetfield llega al show en un auto que lanza llamas, mientras el bajista Robert Trujillo ensaya en una sala repleta de parlantes, moviéndose como un gorila encerrado en una jaula— y orgullosos por presentarse ante las cámaras de forma épica.
El bemol de Metallica es que, como toda agrupación titánica, no demuestra un espíritu muy lúdico a la hora de diseccionar su éxito. Se extraña el humor con que Los Beatles procesaron la histeria de sus fans en la película “A hard day’s night” o la ironía que Bob Dylan lució para enfrentar las cámaras en “Don’t look back”. Este documental es distinto. Todo aquí está confabulado para señalarnos la grandeza y popularidad de una banda indestructible.
IDEAL PARA: Fans acérrimos.
“METALLICA: THROUGH THE NEVER”
Reparto: Metallica.
Dirección: Nimrod Antal.
EE.UU., 2013.
Duración: 93 minutos.
TODO ESPECTADOR.
INTERESANTE
solo pa fanaticos, un video clip largo y fomeque