Por Ana Josefa Silva V.
@ana_josefa
Desierto. Montículos de piedras. Calaveras, tibias y otros huesos humanos calcificados por el sol, repartidos por la arena. Un grupo de primates observa y comienza a juguetear con estos objetos. Se escucha “Así habló Zaratustra”. Sí. Como en “2.001, odisea del espacio”…
El remate de esta secuencia inicial —que corta a una cancha de fútbol en la que los jugadores corren bajo una inclemente lluvia— es la pista perfecta para introducirnos en el humor, la atmósfera y la genialidad de “METEGOL” (taca-taca, en chileno), el último acierto de Juan José Campanella, esta vez en dibujos animados, que da vida a una historia mágica y de aventuras, que es la que relata un padre a su hijo. Un papá fanatizado por el metegol y su pequeño hijo absorto… en su iPad (¡cómo no!).
El cuento para hacer dormir al pequeño dice así: en un tranquilo pueblo, cuya gente se reúne en el café-bar frente a la plaza a conversar, jugar a las cartas, tomarse unas cervezas, un chico tímido llamado Amadeo, que trabaja sirviendo las mesas, es el as del metegol. Cuando es desafiado por la pandilla buena para el fútbol (el de verdad), Laura, una chica que se las trae, es quien lo anima.
Pero lo peor está por ocurrir. Una megaestrella del balompié mundial, con más ego y dólares que Diego Armando, decide adueñarse del pueblo, destruirlo y reconstruirlo a su pinta, con la ayuda de su mánager.
No todo está perdido. Hay un equipo de fútbol que impedirá el desastre: Beto, el argentino preocupado de sus rizos y que habla en tercera persona; el mexicano que todo lo dice con aforismos; el capi, el cordobés, el Loco…
Basada en “Memorias de un wing derecho”, de Fontanarrosa (¡ídolo!), la película, como se puede ver, es un despliegue de lo mejor del talento argentino imaginable. Que no es poco. El guión es de lujo (Eduardo Sacheri, “El secreto de sus ojos”, es uno de los que lo escribe) y se pasea, hace sorna y se sonríe sobre aquello que, reconozcámoslo, nuestros vecinos saben y conocen demasiado bien. Y no sólo en la cancha; también en la literatura, en distintos formatos. En las voces están el propio Campanella y hasta un Luthier… Una verdadera selección argentina.
Entrañable, genial, divertida, inolvidable. “METEGOL” se merece todos esos calificativos y una recomendación (casi una orden): ¿usted es papá de niñitos-hombres? ¡Llévelos ya!
Pero, ojo, esto no tiene que ver con interesarse por el fútbol ni ser hincha de nada. La recomendación no es excluyente en absoluto. Esta es una muy bien lograda, aguda y graciosa observación sobre ese fenómeno sociológico universal en el que se ha convertido el “júrgol” y los personajes que conforman ese mundillo.
Y eso no tiene ni género ni edad.
Superlativa.
IDEAL PARA: Padres, hijos, madres, abuela/os, cinéfilo/as.
“METEGOL”
Dirección: Juan José Campanella, Victoria Goyeneche.
Guión: Juan José Campanella, Eduardo Sacheri, Gastón Gorali, Axel Kuschevatzky.
Música: Emilio Kuaderer.
Tema de la película: “Me vieron cruzar”, Calle 13.
Argentina/España, 2013.
Duración: 107 minutos.
TODO ESPECTADOR
MUY BUENA