Por Ana Josefa Silva V.
@ana_josefa
Una comedia delirante, que se cruza con ese subgénero policial que son las películas de estafa, que luce a uno de los mejores elencos que se hayan visto en la pantalla es “ESCÁNDALO AMERICANO”, una de las nueve cintas que postulan al Oscar, con más ni menos que 10 nominaciones.
Ya en los SAG recibió el premio al mejor elenco, y sus protagonistas, Christian Bale y Amy Adams, están nominados a la máxima estatuilla en su categoría; y Bradley Cooper y Jennifer Lawrence en la de actores secundarios.
El director David O. Russell (también nominado al Oscar) vuelve a reunir a Cooper y Lawrence tras la elogiada “El lado bueno de las cosas” (Oscar para Jennifer el año pasado) en roles e historias muy diferentes, pero con ese estilo notable para construir personajes oblicuos, que no son necesariamente lo que parecen y con un dejo interesante de vulgaridad que los hace entrañables.
La primera escena lo dice todo: en un elegante hotel, Irving Rosenfeld (C. Bale) intenta corregir su “parrón” de pelo con pegamento. Es 1978 y se escucha “A horse with no name” (“In the desert, you can’t remember your name…”). La sofisticada (y muy escotada) Sydney (Amy Adams) lo ayuda y Richie DiMaso (B. Cooper) entra en escena. El es quien dirige esta operación que no es más que una trampa para capturar, con cámaras, grabadoras y toda la parafernalia, a un corrupto con las manos en la masa.
Un raconto nos devuelve al origen de esta escena.
Irving, un estafador de poca monta de Jersey, se cruza con Sydney, una británica astuta y audaz con la que el negocio prospera y con quien pronto se embarca en un romance. Claro que Rosalyn (J. Lawrence, ¡gloriosa!), la indescriptible mujer de Irving, es una mujer de armas tomar y escasos escrúpulos que no está dispuesta a que nadie le arrebate su lugar.
El negocio va viento en popa hasta que Richie, un agente del FBI ansioso de logros y fama, atrapa a los socios. Como el botín es más bien magro, Richie hace un trato con la pareja de estafadores: ellos le consiguen peces más gordos y él los deja en paz.
De allí en adelante el asunto se enreda hasta lo inimaginable: entran a tallar el alcalde de la ciudad, el querido e italianísimo Carmine Polito (Jeremy Renner, ¡notable!); políticos varios y hasta los mafiosos de los casinos (inolvidable la escena con Robert de Niro), con quienes Rosalyn hace muy buenas migas, para ira de Sydney.
La película, una comedia de enredos y equivocaciones, pone a interactuar a toda clase de seres chapuceros en situaciones inesperadas y que en vez de caminar hacia la solución de los problemas escala en confusiones, complejidades e imprevistos inimaginables.
Lo mejor: el enfrentamiento entre Sydney y Rosalyn, en manos de dos portentosas actrices en acción. Sólo por volver a ver esa secuencia, me repetiría la película.
Unos minutos menos y algo menos de condimento y sería una película perfecta.
IDEAL PARA: aprender a desconfiar del prójimo (más si es atractivo/a y encantador/a).
“Escándalo americano”
(“American Hustle”).
Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Jeremy Renner, Elisabeth Röhm.
Dirección: David O. Russell.
Guión: Eric Warren Singer y David O. Russell.
EE.UU., 2013.
Duración: 2 horas 18 minutos.
Mayores de 14.
BUENA
artísticamente muy buena, con una estupenda recreación de época, se torna a la larga, sin embargo, lenta y aburrida. Las actuaciones estan casi todas bien logradas, empero, no me convenció mucho Christian Bale, quien, parcialmente escondido en su mutación física no ofrece una performance para recordar, a mi gusto. Bradley Cooper pa variar no se cree ni el mismo. Reguleque laculeque no mas el conjunto.