Por Andrés Nazarala R.
“LA LADRONA DE LIBROS” es la adaptación cinematográfica de la exitosa novela de Markus Zusak que, al igual que “El niño del pijama a rayas” o la insuperable “Adiós a los niños”, se aproxima al horror del nazismo a través de la figura de un infante.
En este caso, se trata de una niña de 9 años, Liesel, que es entregada en adopción y llega a vivir con la familia Hubermann, quienes le transmiten el amor por los libros.
Cuando el horror se hace presente en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, ella se encargará de recoger los libros quemados por los nazis, al mismo tiempo que entabla una estrecha relación con Max, un joven judío que los Hubermann esconden en su hogar.
El director británico Brian Percival -responsable de algunos capítulos de “Downton Abbey”- pone a la muerte como narradora -al igual que en la novela- y filma con cierta elegancia, retratando la oscuridad de la guerra y mirando hacia la esperanza a través de esta niña que se refugia en la literatura ante las circunstancias.
Por supuesto que se trata de un cóctel orientado al sentimentalismo, pero está bien hecho y contiene sólidas actuaciones de su elenco, entre los que se encuentran los impecables Geoffrey Rush y Emily Watson.
“La ladrona de libros” es una película correcta, hecha con mucho oficio y adornada con mensajes de esperanza.
(“The Book Thief”)
Reparto: Sophie Nélisse, Geoffrey Rush, Emily Watson.
Dirección: Brian Percival.
EE.UU./Alemania, 2013.
Duración: 131 minutos.
TODO ESPECTADOR.
REGULAR
Interesante, bien actuada, pero con recursos sentimentaloides prescindibles, y en cuanto a lo importante, se queda en el boceto. Solo aceptable.