Por Ana Josefa Silva V.
@ana_josefa
Una película filmada de principio a fin con celulares.
Eso es “(09)”, cinta producida por el animador de TV Martín Cárcamo (también coguionista) y que, por el aparato elegido para recoger las imágenes, funciona como cámara al hombro in extremis, mientras que el relato, que sugiere mezcla de ficción con no ficción, recuerda “La Bruja Blair”.
Todo parte con tres amigas en una preciosa casa de playa, de espléndida vista al mar, que se han reunido allí para concretar un trabajo universitario del que pende el futuro estudiantil de la dueña de casa, Carolina (Juanita Ringeling). El plan es grabar “algo” semejante a un docureality con sus teléfonos móviles para presentarlo como examen final. Ese día Carola está de cumpleaños y explota de rabia cuando se entera que sus padres han decidido no estar con ella para celebrarla. Sus amigas Andrea y Florencia intentan calmarla, cuando de pronto aparece un vecino (Ramón Llao) para advertirles que tengan cuidado porque acaba de ocurrir un doble asesinato a pocos metros de allí. Al poco rato llega, golpeando los ventanales y pidiendo auxilio, una mujer herida (Cata Saavedra), lo que aumenta la tensión entre las ya alteradas chicas, mientras se suceden extraños hechos.
La historia va siendo contada una y otra vez, desde las distintas perspectivas que arrojan las imágenes captadas por cada uno de los tres celulares, que las amigas no han dejado de usar.
Nadie espera que esto sea “Rashomon”, pero aquí el intento de completar la verdad exponiendo diferentes experiencias ante un mismo hecho resulta fallido e inútil. Las tres “camarógrafas”, que están dentro de la misma casa y en el mismo período de tiempo, no aportan perspectivas muy distintas, por lo que poco agregan para armar el puzzle del misterio.
No deja de ser interesante explorar y abrirse a nuevas formas de plasmar imágenes para el cine. Tampoco es mala cosa visualizar nuevos modelos de negocio (sobre todo si se tiene a un sponsor del todo involucrado) porque al fin de cuentas las películas hay que financiarlas.
Pero cualquier soporte o forma que se elija para producir, siempre el arte dramático —cine, teatro, incluso televisión— demandará talento y oficio. Dirigir a tres camarógrafas-actrices no sólo encierra una evidente complejidad, sino que exige una absoluta claridad acerca de qué es lo que se quiere narrar en pantalla. Hacer un guión está probado que es un arte tan fundamental que puede arruinar o convertir en algo sublime una película o una serie (piense no más en “House of cards” o “Breaking Bad”).
En “(09)”, aparte de ofrecer una resolución algo rebuscada (o de frentón escasamente verosímil), guión y dirección denotan ausencia de una propuesta acabada y sobre todo un desconocimiento del valor de la imagen como lenguaje en sí mismo.
Tampoco ayuda poner a Juanita Ringeling en el rol protagónico. Ella arroja buena imagen, tiene excelente estampa, sirve para el guiño erótico del ventanal y da el rol (es como nuestra Juliette Lewis), pero a sus severos problemas de dicción (sólo se le entiende cuando grita, lo que hace a menudo) suma un registro histriónico muy pobre que no le alcanza para construir el personaje que, en el papel, dispone de varios elementos con los cuales jugar.
“(09)” es un novedoso intento y deja abierta una atractiva opción para explorar más las distintas formas que se ofrecen para capturar imágenes, pero como cine deja mucho que desear.
IDEAL PARA: La generación Y.
“(09)”
Reparto: Juanita Ringeling, Isidora Cabezón, Catalina González, Ramón Llao, Catalina Saavedra.
Dirección: Javier Aguirrezábal.
Guión: Javier Aguirrezábal y Martín Cárcamo.
Chile, 2014.
Duración: 1 hora 15.
Mayores de 14.
REGULAR