Por Andrés Nazarala R.
Bob Dylan dijo alguna vez que su sueño era llegar a ser como Dave van Ronk, cantautor que no trascendió más allá de la escena folk que se desarrolló en el Greenwich Village a comienzo de los 60.
Los hermanos Joel y Ethan Coen aprovechan esa paradoja (Dylan hizo la confesión antes de conquistar el mundo) para construir la que probablemente es la película más sentida y menos sarcástica de su filmografía. Un viaje hacia ninguna parte que tiene a Llewyn Davis —personaje inspirado libremente en Van Ronk— como un Odiseo moderno incapaz de encontrar su propia Itaca.
La película lo muestra durmiendo en sofás prestados, cantando en pequeños clubes, esperando una fama que se ha vuelto esquiva y cargando con el fantasma de un amigo con el que grabó su único LP: terminó con su vida saltando del puente George Washington de Manhattan.
Sus desgracias no terminan ahí. Porque Llewyn Davis es un tipo errático, descuidado y temperamental que, gracias al talento de los Coen, llegamos a querer. Aunque haga todo mal y la vida le cobre sus traspiés con altas dosis de desdichas.
Así es “BALADA DE UN HOMBRE COMUN”, la crónica amarga de un fracaso, matizada con el particular sentido del humor —entre el absurdo y la comedia negra— de los hermanos. Y, por supuesto, dotada de la belleza que saben impregnarle a buena parte de sus películas. Aquí adoptaron estéticamente el tono invernal de la tapa del disco “The Freewheelin’”, de Bob Dylan, para acentuar esa nostalgia que cocinan tan bien.
El resultado es impecable, un homenaje a esos perdedores que quedaron fuera de la Historia. Potenciado con una banda sonora para la que el elenco trabajó junto a T Bone Burnett, histórico colaborador de Dylan.
Mención aparte merece John Goodman, actor fetiche de los Coen, como un jazzista heroinómano que protagonizará uno de los segmentos más sombríos del filme: un guiño a la cultura Beat que, por esos años, vivía su ocaso para dar paso a una escena folk esperanzadora que luego devendría en el hipismo.
La pregunta que surge inevitablemente es por qué la Academia sólo le dio dos nominaciones (Mejor Fotografía y Mezcla de Sonido) y ningún premio. Una injusticia que resulta curiosamente coherente. Porque “Balada de un hombre común” es una cinta sobre el fracaso y los que se quedaron en las penumbras, fuera de todo aplauso y reconocimiento, lejos de los Dylan del mundo.
IDEAL PARA: Los que casi “la hicieron”.
“BALADA DE UN HOMBRE COMÚN”
(“Inside Llewyn Davis”)
Reparto: Oscar Isaac, Carey Mulligan, John Goodman, Garrett Hedlund, Justin Timberlake.
Dirección y guión: Ethan y Joel Coen.
EE.UU., 2013.
Duración: 105 minutos.
TODO ESPECTADOR + 7
CINÉFILOS
De lo mejor de los hermanos Coen en el ultimo tiempo, grandes actuaciones y una historia muy bien contada que transforma en atractiva una temática que pudiere resultar indiferente para la mayoría: la escena folk de Nueva York de principios de los 60, aun en clave de ficción. Interesantisima.
MUY BUEN CINE, DE AQUEL QUE NO TIENE MUCHO PUBLICO PERO QUE ENALTECE EL OFICIO DE FILMAR…..UN SOLIDO GUION Y UNA IMPECABLE DIRECCION HACE TENER ESPERANZAS AUN DE PODER CONTAR CON EL DELEITE DE APRECIAR ESE SEPTIMO ARTE A VECES TAN OLVIDADO POR LOS PRODUCTOS PALOMITEROS……
jorge uribe alvarez, especialista en cine
juribea59@gmail.com