Por Ana Josefa Silva
@Ana_Josefa
Para ser una película de acción, la muy publicitada “DIVERGENTE” se toma su buen resto de tiempo en presentar una rebuscada y algo vista historia sobre mundos postapocalípticos y chicos guapos mostrando sus destrezas. Porque, prepárese, esta es la primera parte de una trilogía de una saga literaria (best seller, por supuesto).
Han pasado 100 años de la guerra que terminó con todo —o casi— en el mundo. Pero en Chicago —muro mediante— una sociedad ha logrado sobrevivir gracias a un fascistoide sistema que divide a las personas en 5 (estereo)tipos o facciones: Cordialidad, Erudición, Verdad, Abnegación, Osadía. Los primeros cultivan la tierra; los segundos son científicos y matemáticos; los terceros son los jueces; los cuartos ayudan al prójimo; los últimos son los guerreros “bacanes”, que luchan y defienden el sistema al estilo “marine”. Cada uno de estos grupos tiene su vestuario asignado, así es que no se preocupe: no se va a confundir nunca.
Cuando cumplen 16 años, los ciudadanos deben elegir a qué facción incorporarse… Pero hay una PSU, que en este caso es una con aparatos electrónicos y ceremonia tipo pueblo ancestral. O sea, eligen, pero el sistema identifica para qué sirven. El asunto es que en algún lado tienen que encajar porque lo peor de lo peor que puede ocurrir aquí es ser un ¡sin facción!, unos pordioseros que circulan mal agestados por la calle (lumpen, los llamaría Marx).
Pero hay algo más peligroso aún, porque amenaza el sistema: ser un divergente, un alguien que mezcla todas o varias de estas cualidades.
Beatrice, luego Tris (Shailene Woodley, una actriz de 22 años, de larguísimas piernas y corta carrera) es de familia Abnegación (su madre es Ashley Judd) y elige Osadía. Allí conoce a Cuatro, su entrenador (Theo James, un actor británico que parece sacado de un casting de modelos).
La gélida y decidida líder, Jeanine (Kate Winslet), que conoce a la familia de Beatrice, algo se trae entre manos. Y es que ya está enterada que por ahí, camuflados, circulan unos divergentes que terminarían por arruinar el perfecto orden establecido.
La ciencia-ficción puede ser una delicia en buenas manos. “Blade runner” es una contundente prueba al canto, así como varias de las películas inspiradas en la literatura de Philip K. Dick. Esta historia de facciones salida de la pluma de Veronica Roth parece tener su atractivo, al menos en su enunciado; especialmente aquella aproximación a los sueños con que, maquinaria mediante, se testea y espía a la gente (notable el sueño en el pantano de Tris). Pero su puesta en escena rígida, con detalles hasta ridículos y el poco nervio que el director le imprime, le pone freno de mano a lo que se supone es un thriller trepidante.
Será éxito de taquilla.
el parecido con los juegos del hambre y otras tantas parece ridiculo, sin embargo, debajo de esta pelicula a ratos excesivamente pueril (y el libro también) se pueden ver retazos de ideas interesantes para darle vuelta. la autora es muy joven y se nota, pero igual tiene su gracia. la peli entretiene sin pretensiones, aunque la aparición de tanto actor nuevo que ya ha interactuado en otros filmes recientes, le quita -precisamente- frescura al reparto.