Edgar Rice Burroughs publicó en 1912 una historia por entrega para una revista —la que en 1914 apareció editada como novela— sobre un niño criado en la selva por los animales.
Se llamó “Tarzán de los monos” y el éxito fue tal que Rice Burroughs, que tenía muy buen ojo comercial, escribió una buena cantidad de sagas más, al tiempo que aparecía el cómic.
De 1918 en adelante las versiones cinematográficas (se cuentan cerca de 90) y las series de TV no se han detenido, incluido aquella del legendario Johnny Weissmüller como el hombre mono. Si hasta Andie MacDowell y Bo Dereck fueron Jane.
Ahora llega en 2014 “TARZÁN” (así, sin más), una producción alemana que usa la técnica del stop motion y que condimenta la historia con meteoritos antidiluvianos y portentosos, lecciones ecológicas e inescrupulosos hombres de negocios.
La película comienza con un científico, Clayton, su esposa y su pequeño hijo en su campamento en la selva, estudiando la naturaleza y los animales. La compañía para la que Clayton está desarrollando la investigación llega a buscarlos porque ya no pueden esperar resultados. Cuando ya van en el helicóptero que los ha ido a recoger y sobrevuelan unas inmensas mesetas de piedra, el científico divisa lo que parece ser el resto del meteorito que impactara la tierra hace millones de años. La incursión deriva en un terrible accidente y el niño se queda solo y aturdido en medio de la selva. Una gorila lo adopta y lo cría hasta que se transforma en un apuesto jovenzuelo.
La dulce Jane hace su entrada a escena con el CEO de Greystoke Energies, un sujeto anti naturaleza, anti animales, pro lucro, que llega al antiguo campamento de la selva buscando riqueza (energética en este caso) a cualquier costo; es decir, el malo perfecto del siglo XXI.
El encuentro de la chica y el hombre mono es con paisajes idílicos, pletóricos de coloridas flores y sí, con aquello de “yo Jane, tú Tarzán”.
No se puede negar que las imágenes de este re-remake son bonitas y que la vuelta de tuerca a la historia, aunque llena de clichés ya demasiado repasados, es un encomiable esfuerzo por traer de nuevo al hombre mono a la pantalla. Pero me temo que Disney ya lo hizo en su momento, sin tanto añadido medio tirado de las mechas.
Si tiene que llevar a los niños a pasear a alguna parte, vaya. Aunque como película no tiene el menor valor, es razonablemente corta, no aburre y tiene buen look.
IDEAL PARA: llevar niños más o menos chicos.
“TARZÁN”
Dirección: Reinhard Kloos.
Duración: 94 minutos.
Alemania, 2013.
REGULAR