Por Marco Antonio de la Parra
@marcodelaparra
No creía posible que se pudiera convertir en épica la investigación científica, pero Patrick Deville lo consigue con creces en “Peste y cólera”, eligiendo como héroe al investigador suizo Alexandre Yersin en los tiempos de Louis Pasteur, introduciéndose en Extremo Oriente y terminando por descubrir el bacilo de la peste. Novela de viajes, se convierte en apasionante y entretenida, con un manejo del suspenso y la aventura que transforma esta novela en una experiencia sorprendente, tanto para quien disfruta de la historia novelada como para el lector de alta literatura. Por algo ha acumulado los premios que tiene.
Otra sorpresa en escaparates es “Trotsky y la Marilyn”, que arranca desde el título llamando la atención y aún más al comprobar que su autor es Genaro Arriagada, de quien esperaríamos un sesudo informe y nos encontramos con una cautivante novela anclada en esta contradicción entre el político y la sex symbol, relatando a su modo la historia de la dictadura militar desde el golpe en adelante. Su primera parte es de una tensión salvaje, que se atenúa con momentos eróticos de pechos generosos, para luego meterse en el manejo económico de los tiempos de Pinochet y volver a interrogar al lector sobre dónde está la gran novela que cuente de los 60 a los 90, el gran novelón de Chile.
La última sorpresa es “Sueños en la bruma”, de Rebeca F. San Román, una escritora que se las trae, convocando el estilo gótico y la fantasía, dándole voz a Emily, una muñeca extraordinaria que piensa y percibe en medio de un planeta que ha sido destruido por la propia humanidad. La imaginaria ciudad de Beulah recoge las peripecias de un grupo de personajes reunidos en torno a esta prodigiosa muñeca, atravesando esta mirada apocalíptica que a ritmo de thriller, combina géneros para satisfacción del lector de esos nichos: ciencia ficción de fin de mundo en tono gótico, otorgándole 500 páginas de potente escritura y vuelo de la imaginación.
Cada una de estas piezas permite un cierto lector, el de historia de la ciencia, el que quiere revisar la historia del tiempo presente y el que gusta de salirse de toda realidad y entregarse a la ficción desatada.
Saldrán recompensados. Habrán leído por puro placer, por amor al arte. El arte de leer.