¿Por qué hay tan pocas películas chilenas que aborden el tema de la homosexualidad? A esta altura del partido, y tomando en cuenta la multiplicidad de miradas que componen el cine nacional, “En la gama de los grises” no debiera parecer una novedad. Y, sin embargo, lo es. Un romance gay —ambientado en el Santiago aspiracional del diseño, las bicicletas vintage y los cafés del Barrio Italia— entre un arquitecto confundido que acaba de separarse de su mujer y un guía turístico homosexual. Juntos trabajan en un proyecto urbanístico que los lleva a recorrer la ciudad e indagar en su historia.
El debutante Claudio Marcone narra los pormenores de una relación tormentosa tensionada por las apariencias, la doble moral y los rígidos modelos sociales adquiridos en la infancia. En este sentido, y a través del enrollado personaje protagónico, ésta es una cinta sobre la dificultad de romper esquemas a pesar de vivir en una sociedad aparentemente progresista.
Pese a su temática, y a las valientes escenas de sexo, “En la gama de los grises” está lejos de la disidencia queer de Wincy (“Empanada de pino”) o, digamos, el universo de Pedro Lemebel. Esta una película gay muy hétero, marcada por un amor de best seller, cierta contención dramática y una seguidilla de diálogos solemnes y algo artificiales. Con todo, Marcone abre una ventana desconocida en nuestra cinematografía y acaso un diálogo que siempre es bien recibido.
IDEAL PARA: Conocer a un nuevo director chileno.
“EN LA GAMA DE LOS GRISES”
Reparto: Francisco Celhay, Emilio Edwards, Daniela Ramírez, Sergio Hernández.
Dirección: Claudio Marcone.
Chile, 2015.
Duración: 98 minutos.
Mayores de 14 años.