De tanto en tanto, el mexicano Guillermo del Toro (“El espinazo del Diablo”) infiltra proyectos personales y oscuros dentro de sus películas comerciales. Como “La cumbre escarlata”, sombría y bellísima cinta de fantasmas que comienza en el Búfalo (Nueva York) del siglo XIX, donde Edith vive junto a su padre, un exitoso y esforzado empresario local. Marcada por la aparición fantasmal de su madre muerta y por la literatura romántica de autores como Mary Shelley, la joven busca suerte como escritora pero nadie valora su obra. Hasta que aparece en escena el inglés Sir Thomas Sharpe, un misterioso y pálido galán que ha llegado a EE.UU. con el fin de cerrar algunos negocios. Los enredos de salón darán paso a una pesadilla gótica cuando Edith se mude al castillo que su enamorado comparte en Inglaterra con su hermana Lucille, una femme fatale que parece como sacada de un sueño erótico de Tim Burton.
Del Toro evita que el entramado de misterios, secretos y engaños se vuelva predecible y filma cada escena como si fuese una pintura, sin escatimar el efecto visual de la sangre sobre la nieve o los alcances operáticos de la violencia. “La cumbre escarlata” es una intensa sorpresa, un espectáculo de altísima factura que se alimenta de la historia, el cine, la literatura, el arte y nuestros miedos de siempre.
IDEAL PARA: Ver una vez a Tom Hiddleston y Mia Wasilowska juntos, tras “Sólo los amantes sobreviven”.
“La Cumbre escarlata”
(“Crimson Peak”)
Reparto: Tom Hiddleston, Mia Wasilwska, Jessica Chastain.
Dirección: Guillermo del Toro.
EE.UU., 2015.
Duración: 119 minutos.
Mayores de 14 años.