Por Juan Pastor Mellado
Gordon Matta-Clark se manifestó siempre en contra del imperialismo americano, en contra del Padre y del gobierno de EE. UU. Hoy los artistas sólo piensan en cómo agradar a “papá”, cómo ingresar a los mercados globales y cómo ser reconocidos por la academia museal y universitaria americana.
En estos días han visitado nuestra capital sendas delegaciones de la mencionada academia. Todos corren para ser “leídos” y obtener la garantía del nuevo canon. Es impresionante el número de maestrías en Historia del Arte que se escriben sobre “arte y política” durante la dictadura, que sigue siendo un nicho que cimienta carreras rápidas a costa de banalizar el objeto de estudio. Viajan para recolectar la voz directa de testigos que les dicen lo que desean escuchar y regresan con su MacBook Air recargado de “cuentos”.
En los años setenta existió la figura del agente de la CIA. No me refiero a los agentes de operaciones en terreno, sino a los operadores de inteligencia, que ejercían un rol sin siquiera saber que lo hacían. Los agentes de operaciones trabajaron con los camioneros en 1972, mientras que después del Golpe los agentes de inteligencia promovieron el espíritu ONG como canon dominante.
Jaime Eyzaguirre ya criticaba a los académicos visitantes que escribían un libro sobre Chile desde sus cuartos en el Hotel Carrera. Hay que leer la obra de Sillie Utternut, “Revolución en Chile”, “traducida” en 1962 por Guillermo Blanco y Carlos Ruiz-Tagle, en verdad los autores de esta novela que ponía en escena el modelo de la transferencia informativa.
La figura del visitante ocupa un rol central en un tipo de producción de conocimiento. La primera vez que vino Jorge Glusberg a Chile, muchísima gente hizo cola frente a su suite del Sheraton, ensayando en el pasillo el discurso que este quería escuchar, para hacerse portadores locales del Verbo del Otro y ser recompensados por ello.
Hoy, mientras los becarios chilenos viajan a España a obtener diplomas en gestión ingestionable, los jóvenes curadores americanos viajan a Chile para re-escribir-nos una historia adecuada. En este negocio, los agentes locales se ofrecen a precios módicos para ejercer como administradores de hospedería, ofreciendo paquetes de “turismo académico de intereses especiales”.