Un gabinete que da confianza
La expectación sobre los nombres que designaría la Presidenta electa para integrar su gabinete ministerial se despejó el viernes pasado. La campaña presidencial que condujo al triunfo de Michelle Bachelet estuvo marcada por propuestas y debates que pusieron en duda las bases del modelo de desarrollo, y escuchamos por meses un lenguaje pesimista, candidatos y […]
La expectación sobre los nombres que designaría la Presidenta electa para integrar su gabinete ministerial se despejó el viernes pasado. La campaña presidencial que condujo al triunfo de Michelle Bachelet estuvo marcada por propuestas y debates que pusieron en duda las bases del modelo de desarrollo, y escuchamos por meses un lenguaje pesimista, candidatos y dirigentes que hablaban del fracaso del modelo y de cambios de fondo, hasta quienes derechamente planteaban su sustitución, en el contexto de una asamblea constituyente que diera origen a un marco jurídico institucional desconocido.
Especialmente extraño fue el debate presidencial entre nueve candidatos, en que el tono lo dio una mayoría de postulantes que hacían pensar que el sentimiento mayoritario de los chilenos era que nuestro país está en crisis terminal. De allí que, aunque no se diga abiertamente, la señal del nuevo gabinete era esperada con gran interés, pues indudablemente los nombres asignados a los distintos cargos nos permitirían presumir la verdadera orientación de los cuatro años que vienen, especialmente si consideramos que el gobierno contará con mayorías parlamentarias y condiciones políticas que le permitirían aprobar casi cualquier cambio, sin requerir para ello el acuerdo de la oposición.
Pero el viernes la señal fue claramente tranquilizadora. Nadie duda que será un gobierno que hará cambios, pero es impensable que los ministros designados —por su trayectoria profesional, por el conocido espíritu moderado que la mayoría de ellos ha mostrado en su vida pública— vayan a embarcarse en aventuras determinadas por un exceso de ideologismo, como se escuchó en la campaña. Además, el gabinete con que asumirá Michelle Bachelet es, probablemente, la expresión más claradel poder que ostenta hoy la Presidenta electa, en comparación al inicio de su mandato de 2006. Escogió a sus colaboradores más cercanos, a buenos profesionales, y no a los nombres que los partidos necesariamente querían.
Al mismo tiempo, la Presidenta electa buscó un equilibrio entre la experiencia que da confianza y los rostros nuevos que dan esperanza en la renovación de ideas y energías. Es curioso y bueno lo que ocurre con el Ministerio del Interior, pues Bachelet hace algo parecido a lo que hizo el Presidente Piñera hace cuatro años, vale decir, poner a cargo del gabinete a su persona de mayor cercanía, relegando a un segundo nivel de importancia la experiencia y las redes partidistas. Entonces fue el ministro Hinzpeter, hoy es el futuro ministro Peñailillo.
Alentadoras son también las expresiones de la futura ministra Rincón, cuyas primeras palabras fueron para mostrar una voluntad de diálogo y acuerdo con la oposición, más allá de las mayorías parlamentarias. Su reconocimiento de que la política y el gobierno son mucho más que “pasar máquina” usando de mayorías temporales, demuestra sensatez y confirma la experiencia política que justifica largamente su designación. Su nombramiento cumple con el objetivo de no dejar a la DC fuera de La Moneda y, a la vez, poner una mujer en ese cargo, lo cual aplaudo.
Del mismo modo, la decisión de poner en la cartera de Educación a un ex ministro de Hacienda de la experiencia, capacidad y carácter de Nicolás Eyzaguirre, es una señal tremenda de que las promesas de gratuidad y beneficios a los estudiantes se darán en un marco de responsabilidad fiscal asegurado; del mismo modo que las instituciones educacionales, en todos los niveles, deberán trabajar con un ministro que les exigirá eficiencia y rendición de cuentas según estándares más exigentes.
Los chilenos debemos esperar cambios, después de todo, esa es la opción que ganó la elección, pero también podemos esperar estabilidad y responsabilidad. El viernes tuvimos una buena señal de que ese será el camino que recorreremos. Espero que este gabinete sea muy exitoso, por el bien de Chile.