Virtuosa trilogía y legado del ministro de Hacienda…
Es más allá del crecimiento que por sí solo es una performance mayor. Expandirse a un ritmo mayor al 5,3% supera por largo el 3,3% de la administración anterior. En el periodo de Felipe Larraín no olvidar que 3 grandes locomotoras estuvieron en ralentí o a lo menos hibernando… China decreciendo y titubeante; EE.UU. dopado […]
Es más allá del crecimiento que por sí solo es una performance mayor. Expandirse a un ritmo mayor al 5,3% supera por largo el 3,3% de la administración anterior. En el periodo de Felipe Larraín no olvidar que 3 grandes locomotoras estuvieron en ralentí o a lo menos hibernando… China decreciendo y titubeante; EE.UU. dopado y adicto a la emisión de dólares para solo flotar; y el continente europeo en sus 4 años más críticos, trizándose su sociedad del bienestar. El globo terráqueo de Mafalda, en definitiva, aportó poco. Y Chile le aportó aún menos, con una carísima reconstrucción del terremoto, un déficit estructural heredado del Fisco de 3%, las reservas del cobre alicaídas (¡recuperadas ahora!) y lo más crítico: un crecimiento de lastre marcadamente bajo su potencial. Aun así, el PIB per cápita en paridad creció de US$15.000 a US$19.100, un incremento de 25% en este Gobierno, posicionándose en el umbral de un país desarrollado, según parámetros del Banco Mundial.
La trilogía es asociativa y proactiva, por cuanto, con el mayor crecimiento, la recaudación tributaria sólo en los 3 primeros años del gobierno de Piñera prácticamente se duplicó, pasando de US$23.850 millones nominales a casi US$46.780 millones; y bien sabemos que 70% de estos recursos se asignan a gasto social. Doble mérito tiene esta recaudación, cuando del cobre el Fisco sólo recibió la mitad de la anterior administración Bachelet, 3% y no 6% del PIB, significando aproximadamente US$28.000 millones menos del superciclo del cobre. Y las empresas privadas chilenas, como aporte impositivo, son la segunda mayor respecto a su PIB, según Cepal; es decir, en periodos de bonanza no sólo dan empleos y productos más competitivos, sino que aportan significativamente al financiamiento estatal; por lo tanto, hay que resguardar su capacidad de generar utilidades tributables… que ahora están inhibidas a invertir por más de una relevante interrogante, ateniéndonos a catastros recientes. Y mirad los índices bursátiles que reflejan las expectativas más profundas, niveles bajo últimos 4 años…
Aún más meritorio es que no sólo la recaudación tributaria aumentó, sino que la crucial variable de la eficiencia en el gasto público; es decir, nuestro dinero. Según un ranking del Foro Económico Mundial, Chile mejoró su índice de eficiencia desde la posición 40 en el 2009 a la 13 el 2013. Para montos tan cuantiosos, como el Presupuesto Nacional, aquello representa ahorros como maximizar la asignación de los recursos públicos; esto demuestra la probidad y trasparencia del Gobierno como un todo, incluyendo la gestión de los ministerios como las empresas publicas y la loable gestión de Dipres, bajo la conducción de Rosanna Costa con el atento expertise del citado ministro y la particular obsesión del Presidente Piñera por cautelar el dinero ajeno, de propiedad de todos los chilenos…
El esfuerzo no se ha quedado sólo en cifras de crecimiento. En materia laboral, desde marzo del 2010 la economía social de mercado, con las iniciativas y espacios que el Gobierno ha dado al propio emprendimiento (62.000 nuevas empresas anuales vs. 35.000 de la Presidencia anterior), la sensible inversión ha crecido en 12% anual, la administración anterior un desmedrado 5% (Fuente Bco. Central), la productividad ligeramente ha pasado de marcado signo negativo a positivo; todo ello es lo que ha generado 905.000 nuevos empleos, casi en su totalidad formales, y 56% a mujeres, un signo de país avanzado, con una economía cercana al pleno empleo… menor al 5,5%. Esto es de un extraordinario valor…
Como han predominado los tiempos políticos críticos desde la calle, con sus alienantes dogmas y eslóganes, no han aquilatado este avance de los chilenos. Tener empleo es: garantizar dignidad, es aportar al grupo familiar un ingreso y certidumbre adicional, es el medio más práctico de capacitar y la forma más directa de atenuar la desigualdad de oportunidades e ingresos y mejorando las remuneraciones en un 35% nominal, en 4 años. Así toma forma una trilogía de excepción en el mundo actual, desempleo a la baja, crecimiento económico sólido e inflación contenida; indicadores que entran por la puerta de la casa… de todos.
Y todo ello apunta y se focaliza a los más desposeídos y a crear una sociedad de oportunidades que el Ministerio de Hacienda ha evaluado y financiado con responsabilidad. En un ambiente macroeconómico estable y sano… si no las políticas públicas no se sostienen y ni se resguardan en el tiempo. Hoy los recursos contemplados para el Ministerio de Educación son los mayores entre sus pares y absorben el 21% de todos los recursos públicos (US$13.000 millones); contribución de todos nosotros, y los estudiantes deberían tomar conciencia de ello y aplicarse a lo suyo, dado la mayor cobertura y calidad que estos cuantiosos recursos permitirán. Sólo el número de becas para educación superior se amplificó de 150.000 a 380.000 beneficiarios, del past gobierno al actual, con un alivio financiero y de plazos que marca la diferencia, de 8% a 2%, y flexibiliza pagos.
A los últimos 5 ministros de Hacienda se los caricaturizó precampaña como neoliberales, particularmente al último de la Concertación, el ex ministro Velasco; no entiendo esta connotación y resonancia negativa, por cuantos todos ellos, comenzando por A. Foxley, el cual tuvo extraordinarios logros en plena etapa de transición, y esa ha sido la tónica de estos ministros, rigor profesional con conciencia social y siempre valorando el aporte privado, conscientes que son los principales inversionistas, que se refleja en la trilogía mencionada, más la principal fuente de recursos para el Estado. La Presidenta electa es particularmente juiciosa y sabe como pocos… que, guste o no guste a los parlamentarios, requiere de un ministro de Hacienda empoderado; Alberto Arenas valora la disciplina fiscal, y le conviene una alianza proactiva con el arcoíris de empresarios, caso contrario, perdería mucho más que los equilibrios macroeconómicos, ella lo percibe y lo sabe… con el citado nombramiento.