Confusa acreditación
Señor Director: Resulta difícil de entender que frente a aspectos de carácter financiero se otorgue tratamiento diametralmente distinto a dos universidades privadas. A la Universidad Gabriela Mistral se le negó la acreditación, en todas las instancias previstas en la ley, aduciendo motivos asociados con la viabilidad de su proyecto educativo por consideraciones financieras, mientras que […]
Señor Director:
Resulta difícil de entender que frente a aspectos de carácter financiero se otorgue tratamiento diametralmente distinto a dos universidades privadas.
A la Universidad Gabriela Mistral se le negó la acreditación, en todas las instancias previstas en la ley, aduciendo motivos asociados con la viabilidad de su proyecto educativo por consideraciones financieras, mientras que a la Universidad Andrés Bello se le concedieron cuatros años de certificación, aun reconociendo la opacidad de las cuantiosas remesas a su controlador estadounidense, la probabilidad de haber incurrido en lucro y la circunstancia cierta de ser objeto de una investigación administrativa. Incluso, sobre esta institución el jefe de la División de Educación Superior afirmó que la “… U. Andrés Bello está acreditada y por ende no está en cuestión su calidad”.
Frente a tales inconsistencias, no cabe sino la perplejidad. Cuesta discernir qué evalúa exactamente la acreditación y qué significa, en términos reales, para los estudiantes, sus familias y la sociedad en su conjunto, que una institución alcance esa certificación.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega