La solidaridad no es suficiente
Señor Director: Mucho de la tragedia de Valparaíso es responsabilidad de su propia gente, desde autoridades locales hasta el vecino de a pie. También, de ese discurso complaciente que nos impide sacar los vendedores ambulantes, eliminar los perros vagos, limpiar las quebradas, cuidar nuestros edificios, no rayar los muros, no permitir tomas, sacar los autos […]
Señor Director:
Mucho de la tragedia de Valparaíso es responsabilidad de su propia gente, desde autoridades locales hasta el vecino de a pie. También, de ese discurso complaciente que nos impide sacar los vendedores ambulantes, eliminar los perros vagos, limpiar las quebradas, cuidar nuestros edificios, no rayar los muros, no permitir tomas, sacar los autos abandonados de las esquinas, tapar los hoyos, etc., todo lo cual tiene que ver con nuestro subdesarrollo. Es cierto que hay una deuda de un Estado en franca retirada, pero las pocas oportunidades que hay no se toman.
Hoy, cuando los alcaldes se pasean por los cerros, los políticos hacen suculentas donaciones, las empresas aparecen solidarias a cambio de unos segundos de oportuna promoción, es cuando debemos hacer una introspección tremenda y decidir el Chile que queremos, de lo contrario, esto va a volver a pasar, ya sea en los terrenos altos de Forestal en Viña del Mar, en los asentamientos costeros al sur de Iquique o en las quebradas cordilleranas en Santiago, tragedias que al final parecieran afectar siempre a los más pobres.
Y entonces volveremos a sentirnos orgullosos de la solidaridad de los chilenos.
Rodrigo Reyes Sangermani