Mercado formal de armamentos
Recientemente, La Segunda publicó una crónica bajo el título de “La trastienda de FIDAE: Grandes fabricantes de armas revelan cómo hacen negocios en Chile”. La comercialización de armamentos es legítima cuando se hace en un mercado formal, sujeto a regulaciones nacionales e internacionales. La crónica aludía a técnicas de márketing y estilos de negocios, e […]
Recientemente, La Segunda publicó una crónica bajo el título de “La trastienda de FIDAE: Grandes fabricantes de armas revelan cómo hacen negocios en Chile”. La comercialización de armamentos es legítima cuando se hace en un mercado formal, sujeto a regulaciones nacionales e internacionales. La crónica aludía a técnicas de márketing y estilos de negocios, e insinuaba que estos son puntos débiles, como seguramente lo son en todo tipo de mercados. Lo interesante de observar, a mi juicio, son los cambios que el mercado formal de comercialización de armamentos ha experimentado en el mundo y en Chile. Actualmente, la proporción de empresas de defensa en FIDAE es de sólo un 37%, correspondiendo un 63% a otros rubros. De las aeronaves exhibidas, sólo el 6% es del área de la defensa, mientras que un 55% son aviones comerciales y un 25% son helicópteros civiles. FIDAE, como organizador, no tiene injerencia en los procesos de adquisiciones de carácter institucional y no participa en esos procesos de toma de decisiones. FIDAE no sólo es una muestra de la capacidad de gestión y organización de nuestra Fuerza Aérea. También es la exhibición pública de una actividad comercial compleja, de alta tecnología y desarrollo acelerado. Representa una oportunidad inestimable para visibilizarla. Es muy bueno que esto ocurra en Chile, donde instituciones de control democrático, como la prensa, tienen la posibilidad única de escudriñarla de cerca. La adopción de algunas leyes, así como el sistemático desarrollo de mecanismos institucionales específicos de supervisión y control apuntan en la misma perspectiva de perfeccionamiento de este mercado en nuestro país. Me refiero, en materia normativa, a la recientemente promulgada “ley del lobby”, que obliga, entre otras cosas, a hacer pública la agenda de las autoridades gubernamentales. Este ministro publicó, por ejemplo, la agenda completa de sus actividades en FIDAE. Complementándose con la ya conocida ley sobre la transparencia de los actos públicos, la ley del lobby supone un importante refuerzo de nuestro marco jurídico para perfeccionar el funcionamiento de diversos mercados, no sólo el de armamentos, en que se involucren actores estatales. En relación con los mecanismos de supervisión y control, el Ministerio ha dado pasos paulatinos, pero sin pausa, para desarrollar el área de evaluación de proyectos elaborados por las instituciones de las Fuerzas Armadas y mejorar el proceso de toma de decisiones en la adquisición, particularmente, de sistemas de armas y equipos. A lo menos desde 2005, el esfuerzo hecho ha sido muy significativo, incluyendo la elaboración de un manual de evaluación de proyectos y la promulgación del Decreto Supremo 134 (2009), que regula la presentación y evaluación de los mismos; el reemplazo del antiguo CONSUDENA (instaurado en 1942) por el nuevo Estatuto Orgánico del Ministerio de Defensa (2010); la separación de las funciones de evaluación de proyectos, y su instalación en una División de la Subsecretaría de Defensa, y de la administración de los recursos financieros asignados, radicada en una División de la Subsecretaría para las FF.AA.; la elaboración del reglamento de proveedores (2011) y la publicación de su listado, considerando también la identificación de las personas naturales que ejercen en Chile la representación de empresas extranjeras; la elaboración de toda la documentación complementaria para establecer el marco procesal de evaluación de los proyectos en sus etapas de perfil, prefactibilidad y factibilidad; en fin, la obligación de informar al Congreso Nacional y la creación del Consejo Asesor para Inversiones en la Defensa que asiste al ministro en las decisiones de inversión. Todo lo anterior no sólo revela un esfuerzo ministerial continuo en la materia que nos ocupa, sino también una voluntad estatal por perfeccionar la manera en que se efectúa en Chile la comercialización formal de armamentos. El gobierno de la Presidenta Bachelet seguirá robusteciendo la transparencia de esta actividad comercial. Esa es un arma que no tiene precio.
JORGE BURGOS VARELA Ministro de Defensa Nacional