¿Mujeres “mutantes”?
Escribo bajo la impresión que me causó la lectura del libro de Rosa Montero “La ridícula idea de no volver a verte” (2013), y por las imágenes de mujeres que aparecen en la serie ¨House of Cards”. Unir las muy distintas visiones sobre la mujer que presentan permite una reflexión sobre su lugar en la […]
Escribo bajo la impresión que me causó la lectura del libro de Rosa Montero “La ridícula idea de no volver a verte” (2013), y por las imágenes de mujeres que aparecen en la serie ¨House of Cards”. Unir las muy distintas visiones sobre la mujer que presentan permite una reflexión sobre su lugar en la sociedad, que no debiéramos pasar por alto.
Montero escribe sobre las notas de Marie Curie a la muerte de su marido. La autora aprovecha su reflexión sobre este episodio para plantear aspectos que afectan hoy a la situación de la mujer. Dice que le dan “ganas de usar su vida como vara de medir para entender la mía; y no estoy hablando de teorías feministas, sino de desentrañar cuál es el LugarDeLaMujer en esta sociedad en que los lugares tradicionales se han borrado”. Junto con plantear este tema, la autora recuerda cómo se postergan miles de mujeres que no se realizan profesionalmente debido a la necesidad de atender sus hogares, las que en algunos casos llegan a aconsejar a sus hijas no tener familia. Está hablando básicamente de mujeres italianas y españolas. Para ella ese mensaje dice: “Sé otro tipo de mujer. Sé una ‘Mutante’. Sé esa hembra sin lugar o en busca de otro Lugar”. A mí esas frases me dejaron pensando y no se me escapó ninguna.
La opinión de Rosa Montero me mostró dimensiones de la situación de la mujer a las que no les había puesto nombre. Especialmente, me impresionó la palabra “mutante”. Este es un buen concepto, me dije. Habla de “mutantes” porque ya no se espera que las mujeres asuman su rol tradicional, se las ve transitando hacia nuevos espacios, tengan hijos o no los tengan, ya sea que trabajen o se queden en sus casas, pero tampoco hay un lugar definido para ellas. A las que trabajan, se les exige además que sean madres, esposas y dueñas de casa, perfectas en todo, al menos así lo entiendo. A las que no trabajan, se las mira casi como miembros de una especie extinta. Ninguna tiene claro su lugar y la sociedad tampoco.
Al reflexionar sobre cuánto sentido tiene este concepto de mutante y, pensando en distintos tipos de mujer, recordé a las mujeres de “House of Cards”, serie que estoy viendo en estos momentos. No pude dejar de pensar en Claire y Zoe -figuras centrales de esta serie-, dos mujeres que se juegan enteras por su profesión; competitivas, frías hasta llegar a ser brutales. Estas mujeres decidieron tener un lugar reconocido en la sociedad -lo que es distinto a ser valoradas- y están dispuestas a lograrlo a cualquier precio. Uno podría decir que no son mutantes, porque están instaladas en el mundo. Pero otros podrían decir que están en una búsqueda de ese otro “Lugar” que menciona Rosa Montero. Yo diría que ellas son cambiantes.
Lo de Rosa Montero podría entenderse como una propuesta y un posible camino a seguir: el de buscar otro espacio, como si pudiera existir un lugar en el cual todas las mujeres calcen. Y éste es el punto que quisiera plantear. No comparto la reflexión de esta autora si se trata de un lugar, de un espacio social. ¿Por qué las mujeres debiéramos tener un lugar predefinido en el mundo y ser juzgadas por parámetros que no tienen relación con lo que cada una es? No cabe hablar de un lugar para mujeres que no tienen otro remedio que resolver sus múltiples tareas cada vez como mejor pueden. A mi juicio, cualquier forma de desenvolverse en este mundo es válida mientras la persona sea fiel a su naturaleza, en la medida en que su sensibilidad humana esté presente en las acciones que emprende.
Ya es tiempo de que las mujeres sepamos que no tenemos que buscar nada, sino simplemente ser cada una de acuerdo a sus habilidades y su vocación. En el marco de su realidad puede ser aquello que quiere ser, sin ponerse límites, sin cuidar la opinión de otros, sólo resguardando su calidad humana. Rescato entonces la palabra mutante, a lo mejor seremos eternamente así, cada una a su modo, mutantes en el diario vivir.
Margarita María Errázuriz Decana Facultad Ciencias Sociales Universidad Andrés Bello