Reforma educacional y rol de los empresarios
José Antonio Garcés Presidente de Unión Social de Empresarios Cristianos Los líderes empresariales se han visto ausentes del debate en torno a la educación. Sí se han referido a la reforma laboral y, sobre todo, tributaria. Pero no ha habido pronunciamientos acerca de las bases de la reforma planteada en un área tan determinante para […]
José Antonio Garcés Presidente de Unión Social de Empresarios Cristianos
Los líderes empresariales se han visto ausentes del debate en torno a la educación. Sí se han referido a la reforma laboral y, sobre todo, tributaria. Pero no ha habido pronunciamientos acerca de las bases de la reforma planteada en un área tan determinante para el futuro del país. Algunos dirán que “para eso están los expertos”, pero se requiere destinar mucha energía para tener una comprensión integral de un tema tan complejo y desafiante.
Aun así, hay que destacar que son muchos los empresarios de este país que silenciosamente destinan importantes recursos a este ámbito. Se hace mucho, pero no se comunica. Es un área que nos importa, porque creemos que una buena educación es el punto de partida para el desarrollo de nuestra sociedad, pero al estar ausentes de la discusión pública, pareciera que no fuese una prioridad del sector empresarial.
De cara a la reforma educacional, es legítimo y necesario que el empresariado se sume al debate. Son valores y principios de fondo los que se están cuestionando, por ejemplo, la libertad. La libertad de los padres para elegir el colegio de sus hijos -evidenciada por la fuga de la matrícula municipal a la particular subvencionada- o la libertad del colegio para seleccionar a aquellas familias que muestran afinidad y compromiso con el proyecto educativo.
Se discute el concepto de educación como bien público, sin importar si proviene del Estado o de los privados, y se habla poco de la calidad, que debiera estar en el centro de la reforma. La mirada de largo plazo, partiendo por la reconocida gravitación de la educación preescolar, debiera ser también uno de los ejes de la conversación. En fin, un conjunto de valores, principios y prioridades de los cuales debemos hacernos parte los empresarios como agentes de cambio de la sociedad que entre todos queremos construir.
Ya que se trata de un debate en curso, es el momento de participar. En el pasado reciente, la falta de sintonía con la comunidad nos pasó la cuenta. Se nos tildó de “reactivos”, etiqueta que se confirma si nos quedamos sólo en el debate tributario o laboral.
Si el mundo empresarial viene aportando desde hace décadas a acrecentar la calidad educativa, es más necesario que nunca que saquemos la voz para explicitar las motivaciones que nos inspiraron: un país que brinde mayor acceso de oportunidades y mejor calidad de vida para todos.