Ir más allá en la agenda de probidad y transparencia
Por Rodrigo Mora
Ministerio Secretaria General de la Presidencia
“Es necesario un enfoque distinto para diseñar una nueva institucionalidad y consolidar la vigente”.
Por Rodrigo Mora
Presidente Comisión Defensora Ciudadana y Transparencia
Ministerio Secretaria General de la Presidencia
La Presidenta Michelle Bachelet, en la primera cuenta pública de su gobierno el pasado 21 de mayo, hizo un gran llamado a la unidad, la voluntad y la capacidad de chilenos y chilenas para construir juntos el futuro del país. En la extensa y ambiciosa hoja de ruta que planteó la Mandataria, consideró espacio para delinear los principales puntos que apuntan hacia la modernización del Estado y sus servicios, y señaló que ésta debe ser también sinónimo de probidad y rendición de cuentas.
A partir de los avances de la Ley de Transparencia, promulgada durante su primer mandato, la Presidenta dejó en claro su interés por profundizar aún más la aplicación de este cuerpo legal, que ha provocado un profundo cambio cultural en la relación entre Estado y ciudadanía.
Asimismo, tras la aprobación de la ley que regula la actividad del lobby, actualmente se trabaja en el reglamento de la misma con el convencimiento de que debe reflejar las diferentes visiones que subyacen respecto de esta materia. Es por eso que, de manera inédita, un borrador del texto está siendo sometido a una consulta ciudadana, de carácter público y abierta, hasta el 30 de mayo en el sitio web del Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
Como tercer hito relevante en materia de probidad en la función pública y sobre la regulación de los conflictos de intereses de los funcionarios públicos, la Presidenta anunció que se enviarán prontamente indicaciones al Congreso Nacional para fortalecer la tramitación del proyecto de ley sobre Probidad Pública, el que incluirá un sistema que ponga fin al traspaso no regulado de autoridades o fiscalizadores hacia el sector que antes regulaban.
Es necesario un enfoque distinto para diseñar esta nueva institucionalidad y consolidar la ya vigente. En concreto, si observamos la Encuesta Nacional de Transparencia de 2013, nos damos cuenta, contra lo que dicta la intuición, de que la gran mayoría de los chilenos aún no conoce esta norma. Tenemos, por tanto, un fuerte desafío como Estado sobre lo ya construido y lo que está por construirse: abrir la participación como máxima fundamental en la construcción de esta agenda.
Estas propuestas son las primeras de una nueva agenda que debemos pensar como parte de un nuevo ciclo que considera un concepto de democracia amplio, donde ciudadanos y ciudadanas tienen un rol protagónico.