Cambios al Simce
Señor Director: En relación al editorial del jueves, concordamos en que es absolutamente necesario contar con un sistema que permita alimentar con información la política educativa y a sus actores ¿Qué están aprendiendo nuestros alumnos? ¿Qué escuelas tienen problemas y de cuáles podemos aprender? Así, la pregunta es cómo el Simce efectivamente apoya el mejoramiento […]
Señor Director:
En relación al editorial del jueves, concordamos en que es absolutamente necesario contar con un sistema que permita alimentar con información la política educativa y a sus actores ¿Qué están aprendiendo nuestros alumnos? ¿Qué escuelas tienen problemas y de cuáles podemos aprender?
Así, la pregunta es cómo el Simce efectivamente apoya el mejoramiento de todas las escuelas, especialmente a aquellas más vulnerables.
En ese sentido, ¿es la construcción de rankings públicos una buena manera de apoyar a las escuelas o a los padres? Los rankings son una forma simple de comunicar, pero no responden a la pregunta de quién lo hace bien. Primero, porque hay otras dimensiones que indican si las escuelas son o no de calidad. Segundo, porque los resultados de las escuelas dependen fuertemente de las condiciones que enfrentan. Un ranking Simce es incompleto y puede distorsionar más que informar o apoyar. Más aún, nos parece que la información que provee la prueba es insuficiente para saber rigurosamente cuáles son las escuelas de calidad. La invitación del gobierno a discutir el Simce apunta en la dirección correcta.
Rafael Carrasco
Centro de Innovación en Educación de Fundación Chile