#chaoHidroAysén y la movilización
Por Gloria de la Fuente
Chile 21
“Este ha sido el corolario de la consolidación de una nueva etapa”.
Por Gloria de la Fuente
Directora
Programa Calidad de la Política
Chile 21
La visibilidad y el tenor de la demanda estudiantil nos hace olvidar que el ciclo de movilizaciones que partió hace unos años tuvo como protagonista el rechazo a proyectos que amenazaran al medio ambiente y la sustentabilidad.
A fines de 2010 fueron las primeras marchas contra la termoeléctrica Barrancones —que terminó con la intervención presidencial— y en mayo de 2011 vinieron las primeras contra HidroAysén. El denominador común no fue, por cierto, sólo el rechazo categórico a estos proyectos, sino también, como dijo un destacado columnista sobre la multiplicidad de demandas, “la necesidad de hablar en plural”.
Desde entonces han pasado muchas cosas en Chile, por lo que la revocatoria del permiso ambiental a HidroAysén decidida por el Comité de Ministros viene a ser el corolario de la consolidación de esta nueva etapa. Hasta hace poco era posible ver cómo una institucionalidad (las reglas del juego) heredada de una experiencia transicional particular, miraba con distancia y temor aquello que estaba fuera del interés de los poderosos (los “fácticos”, les decían algunos) y era incapaz de sostener algún tipo de interpretación y menos de respuesta sobre la demanda ciudadana que empezaba a articularse.
Así fue que transversalmente el mundo político quedó perplejo frente a los fenómenos de movilización que emergieron, abriendo un prometedor emprendimiento para algunos en base a la “sociología del sentido común”, que, sin ningún dato y más desde el olfato, ha buscado encuadrar el proceso para construir sentido. Probablemente, lo que sucede tiene que ver con las nuevas características que va asumiendo el proceso de transformación que sufre toda sociedad que ha perdido el miedo, heredado de una forma particular de construir democracia y de un conjunto de instituciones que, dado el curso normal de los acontecimientos, comienza a adaptarse a esta nueva realidad.
Por cierto, el proceso no estará completo sin una reflexión más profunda y transversal sobre el proyecto de sociedad que se quiere construir y eso no es sólo retórica.