Modo Mundial
“Esta Copa será inolvidable especialmente por lo bueno que provocó fuera de la cancha”.
Por Cristina Bitar
Después del partido más emocionante de la historia del fútbol chileno, nuestra selección ha quedado eliminada de la Copa de Brasil. Una tremenda pena. Gracias a la selección, el país entró en eso que se dio en llamar “modo Mundial”, que nos arrastró a todos, nos hizo olvidar las divisiones y el pesimismo que nos han invadido en el último tiempo, y nos devolvió la alegría de ser chilenos.
Hay algunos símbolos de este Mundial y de estos días que quisiera resaltar. La canción nacional entonada en el estadio por miles de hinchas, con el corazón y orgullo de ser chilenos. Esto último, tal vez, lo más importante que el equipo hizo aflorar. Desde hace años ha ido ganando terreno entre nosotros un discurso pesimista, autoflagelante, que pone el acento en nuestras carencias y problemas, pero no en todo lo extraordinario que hemos hecho.
Imperceptiblemente, hemos ido transitando desde el país que se sentía el jaguar de América Latina, a ser el que en curiosa paradoja se siente el peor de la OCDE. Nos comparamos con el selecto grupo que integran los países desarrollados y otras grandes economías emergentes, al que acabamos de ingresar, y en vez de mirarlos con el interés de aprender cómo avanzamos ahora en esta nueva “Liga”, lo hemos transformado en motivo de permanente autocrítica. “Somos el peor país de la OCDE” se ha vuelto una frase recurrente. El Mundial nos sacó por un rato de ese estado de ánimo y nos volvimos a sentir “chilenos de corazón”, como reza la canción futbolera.
Gracias al Mundial recuperamos modelos positivos para nuestra juventud y nuestra sociedad en general. Alexis, Vidal, Medel, Bravo, Isla, Jara, todos, absolutamente todos, son un grupo extraordinario, que no se achica ante nadie y que en este proceso se mostraron profesionales cien por ciento, deportistas integrales. La manera en que Vidal salió adelante después de una operación y la forma en que jugó, o el testimonio de Medel, reemplazado cuando no era capaz de mantenerse en pie, son emocionantes. Pero son sobre todo aleccionadores sobre el espíritu, compromiso y disciplina con que se debe enfrentar la vida.
No sé mucho de fútbol, pero luego de este Mundial estoy convencida de que Sánchez pronto conseguirá el cetro del mejor jugador del mundo. No tengo dudas de que así será. Su talento es de otra categoría, como también la evidente disciplina con que ha asumido su carrera.
Unas palabras finales para Jorge Sampaoli, el entrenador. No hay duda de que este gran director técnico trasandino se ha metido en el corazón de los chilenos, ya es uno de nosotros y se ha ganado ese lugar por su sencillez, su entrega y su talento.
Si los chilenos fuéramos capaces de seguir nuestras actividades en “modo Mundial” y de imitar el camino de profesionalismo y entrega que estos jóvenes nos han mostrado en estos días, éste sería un país mucho mejor. Por eso esta Copa del Mundo será inolvidable: no sólo por lo que pasó en la cancha, sino especialmente por lo bueno que provocó fuera de ella.