El programa de salud
La irrupción en las encuestas —muy natural pero un tanto inesperada— del tema de la salud como urgente prioridad de la población sigue teniendo consecuencias. En el mes de abril, la Presidenta designó una comisión de expertos en la materia, incluyendo también a cuatro personeros del sector privado, con el encargo de proponer un nuevo […]
La irrupción en las encuestas —muy natural pero un tanto inesperada— del tema de la salud como urgente prioridad de la población sigue teniendo consecuencias. En el mes de abril, la Presidenta designó una comisión de expertos en la materia, incluyendo también a cuatro personeros del sector privado, con el encargo de proponer un nuevo régimen para las isapres que corrija sus defectos e inequidades. Sin perjuicio de analizar algunas medidas en tal sentido, los comisionados han optado mayoritariamente por orientar su labor hacia una reforma estructural que eliminaría aquellas entidades sobre la base de un Fondo Único de Salud, con seguros complementarios, al estilo del Fonasa. La directora de éste, Jeanette Vega, sostuvo incluso que la actual cotización del 7% es un impuesto, disponible para el nuevo sistema, cuyo aporte a otras instituciones no depende de la voluntad del usuario.
No obstante lo anterior y pese a eludir una crítica directa a su subordinada, la ministra Helia Molina ha sido enfática al negar que tales cambios estructurales respondan a un acuerdo de la comisión, calificándolos como opiniones personales, ni que se trate de una propuesta programática de Michelle Bachelet, pues éstas no contemplan para su período de gobierno sino tres grandes reformas: la tributaria, la educacional y la constitucional. La ministra y la directora de Fonasa militan en el PPD, y tanto el presidente de esta colectividad como el de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados y diversos parlamentarios de su partido han coincidido en que es la primera quien cuenta en esto con el respaldo de la Mandataria y ajusta sus dichos al contenido del programa.
Los miembros de la comisión partidarios de avanzar, más allá de mejorar las isapres, a un cambio sustancial en el ámbito de la salud declaran no sentirse aludidos por el juicio de la ministra y continuarán en la tarea iniciada. El senador Girardi, que es decidido impulsor de un cambio estructural al respecto, reconoce, sin embargo, que ello no será prioridad en esta administración. Todo lo cual llama la atención y suena contradictorio, porque abundan los anuncios de reformas, además de las tres icónicas del programa, y en cuanto a ésta se aprecia una demanda popular ahora superior a la educacional. Y asimismo, por la convicción de muchos dirigentes de la Nueva Mayoría (que comparte la ministra y seguramente la Presidenta) de que el papel del Estado en este asunto forma parte en definitiva de lo que son los objetivos ideológicos de su sector.
Es cierto que hay mejoras concretas e indispensables a las que debe darse preferencia por sobre los diseños refundacionales, sobre todo en la dotación de médicos especialistas y en la oportunidad y calidad del servicio que se presta en los establecimientos de salud primaria y hospitalaria, así como en el funcionamiento de las isapres. Pero no sería de extrañar que, a pesar de la moderación y realismo manifestado en esta materia por la titular de Salud, haya una pugna interna por nuevos recursos y hasta resurja pronto, como algunos pronostican, otra movilización social que se tome la calle y ponga en una nueva situación difícil la ejecución del programa presidencial.