Hacia un nuevo sistema de salud
Por Mario Parada L.
Debido a las filtraciones del trabajo de la comisión asesora presidencial para la reforma del sector privado de aseguramiento en salud, se ha generado un debate público acerca del futuro de nuestros sistemas de salud, lo cual es muy necesario y útil.
Por Mario Parada L.
Debido a las filtraciones del trabajo de la comisión asesora presidencial para la reforma del sector privado de aseguramiento en salud, se ha generado un debate público acerca del futuro de nuestros sistemas de salud, lo cual es muy necesario y útil. Sin embargo, después de conocerse que la mayoría de la comisión definió como imagen de futuro a mediano-largo plazo la constitución de un Seguro Único de Salud para los chilenos, no todo lo que se ha señalado es correcto.
La propuesta de un Seguro Único surge desde la convicción de que corregir las graves fallas del sistema de isapres como parte del sistema de seguridad social (no cumplimiento de los principios de universalidad, suficiencia, igualdad y, sobre todo, solidaridad) sin reformular el sistema en su conjunto, es insuficiente. Abordar el aseguramiento privado con fines de lucro, mirado exclusivamente a corto plazo y de acuerdo a la propuesta de la Asociación de Isapres que aporta algunas soluciones sólo para sus cotizantes, mantendría dos efectos indeseables: la discriminación por ingreso y por edad; y la falta de solidaridad con el resto de las personas.
Al proponer el Seguro Único de Salud estamos apuntando hacia la construcción de un sistema en donde se desvincula totalmente la contribución (cotización de un porcentaje de los ingresos) con las necesidades de salud (los denominados riesgos), impidiendo que se discrimine por ingresos, sexo, edad y/o enfermedad, lo cual nos acercará definitivamente a la concreción del derecho a la salud y a un sistema que tenga su centro en las necesidades sanitarias de las personas – comunidades y no otras variables. Este seguro implementará la solidaridad del que tiene más con el que tiene menos, de los sanos con los enfermos, de los jóvenes con los adultos mayores, lo cual, tal como informa la literatura internacional, aumentará los niveles de equidad en acceso, calidad y sobre todo en los resultados sanitarios.
El escenario de largo plazo señalado, al cual se debe llegar luego de un período de transición muy bien planificado, incluye la mantención de las redes de prestadores públicos y privados para la ejecución de las acciones de salud, y además la existencia de seguros privados de salud complementarios y regulados por la Superintendencia de Salud (para que no caigan en los abusos que en la actualidad presenta este sector).
El camino hacia ese norte debe ser pavimentado, y uno de los componentes esenciales es el definitivo fortalecimiento del sector público el cual está carente de recursos para lograr el salto cualitativo que se requiere, el cual no sólo se asocia a carencias de infraestructura y equipamiento, sino que muy centralmente del recurso humano el cual debe contar con mejores condiciones laborales para que su desempeño sea preferente y satisfactoriamente en el sector público, para que trabajar en atención primaria sea dignificante y enriquecedor.