Mirar hacia adelante
Los hechos políticos más significativos de esta semana han despertado, como suele ocurrir en el tensionado ambiente en que vivimos, la habitual tendencia a destacar culpas ajenas reales o supuestas, cuando lo que se necesita con urgencia es buscar soluciones y estimular para ello la colaboración de todos. Felizmente, también ha habido voces y propuestas […]
Los hechos políticos más significativos de esta semana han despertado, como suele ocurrir en el tensionado ambiente en que vivimos, la habitual tendencia a destacar culpas ajenas reales o supuestas, cuando lo que se necesita con urgencia es buscar soluciones y estimular para ello la colaboración de todos. Felizmente, también ha habido voces y propuestas en tal sentido, que ojalá terminen por imponerse. Así, con ocasión del pertinaz intento de un sector peruano —por fortuna cada vez más reducido— de mantener abiertas las heridas de los conflictos del siglo XIX, no faltan las críticas a las “cuerdas separadas” del gobierno anterior, reclamando una actitud más dura.
La desaceleración y una eventual recuperación de la economía muestran un panorama equivalente. Por una parte, la insistencia de la Presidenta en que el problema se inició en el período de Piñera pero que se normalizará el 2016, contradicha por la opinión mayoritaria de los expertos que reconocen factores externos e internos, pero la incertidumbre creada por las recientes medidas gubernamentales (que explica para algunos un cuarto del resultado) sigue influyendo, por lo cual Chile está entre las peores proyecciones de la región, sólo mejor que las de Venezuela, Argentina y Brasil. Por otra, el amplio consenso en que lo importante es, primero, tener la claridad que muchos piden de hacia dónde va el Gobierno y, luego, como señala el ex ministro Foxley, ponerse a remar.
El triángulo terrestre. Aunque el resultado final de la “marcha nacionalista” peruana del miércoles pasado hacia el extremo noroeste del territorio chileno fue bastante pobre, con apenas unas 40 personas de los cientos anunciados, que sólo se acercaron hasta donde lo permitió la policía antes de impedirles continuar, el episodio pudo originar un incidente diplomático delicado. Ya antes, los buses que los transportaban habían sido multados como cualquier infractor del tránsito por llevar pasajeros de pie. El ministro del Interior del Perú viajó allí para desactivar la absurda operación, calificando duramente a sus organizadores, pero cabe recordar que antaño el actual Presidente llamó a sus compatriotas a una aventura semejante y que el detonante de ésta ha sido la actitud agresiva, errónea e imprudente, a juicio de los ex mandatarios chilenos Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, del gobierno peruano al proclamar como inicio de la frontera el inexistente punto Concordia, justo cuando Ollanta Humala vive una crítica situación política interna.
Lo negativo es el afán de obstaculizar un desarrollo bilateral conjunto. En cambio, el saldo positivo de esta comedia se manifiesta en la reacción de las autoridades y población tacneñas, firmes partidarias de la fructífera cooperación mutua con sus vecinos ariqueños y contrarias a todo lo que la afecte; algo que reproduce a nivel local el ánimo de mirar al futuro de los sectores peruanos más informados, que es compartido por sus pares chilenos y se expresa, entre otros avances reales, en la Alianza del Pacífico.
El rumbo económico. Para la cúpula empresarial, la nueva agenda oficial es valiosa pero no basta, y tras reunirse con el ministro Arenas pedirá una entrevista con Bachelet para tener clara su política. Entre las muchas opiniones a favor de recuperar las confianzas, aumentar la inversión y la productividad, reducir el costo energético y mejorar la formación de capital humano, llamó la atención el juicio del ex Mandatario Ricardo Lagos en Icare, donde justamente insistió en la necesaria cooperación público-privada. Refiriéndose al tema muy actual de las concesiones, defendió el énfasis que puso allí como ministro y Presidente, criticó lo que estima los ocho últimos “años perdidos” y llamó a adoptar la decisión política que falta y que se concesione “todo lo que es concesionable”, lo que naturalmente despertó indignación en el PC contra este “neoliberal trasnochado”.
Aparte de valorar la nueva agenda energética y advertir su urgencia y la importancia futura de la contaminación, el déficit demográfico y la situación urbana, Lagos insistió acertadamente en una mirada de largo plazo, porque “se construye sobre los hombros del que lo antecedió”. La reacción del oficialismo ante sus palabras, por lo que le toca, ha ido, como detallamos ayer, desde las alabanzas a que el diputado Andrade declare que es un estadista, pero no el dueño de la verdad. La Moneda optó por acoger el mensaje, atacando de paso a Piñera, y calcular con optimismo el empleo que traerán las nuevas concesiones.
La alternativa en salud. En este rubro existen posiciones contrapuestas en la Nueva Mayoría. Si bien, al menos, los partidos de izquierda coinciden en general en un objetivo final estatista, se discrepa en las etapas y los tiempos. La ministra Molina, apoyada al parecer por la Presidenta y en razón del programa de reformas y el estado de la economía, sostiene una posición prudente y prefiere avanzar con cautela, pero otros apuran el tranco y miden fuerzas internamente. Entretanto, siguen las renuncias de especialistas, aunque la Contraloría eximió del examen Eunacom a médicos extranjeros; se desechan en lo posible las concesiones hospitalarias y se dan hechos tan graves como un baleo al interior del Sótero del Río. Es previsible un aumento de la presión social y también aquí Bachelet tendrá que revisar sus opciones, y es de esperar que escoja bien.