Viaje presidencial a África
Durante mucho tiempo, se ha criticado la escasa presencia diplomática y comercial de nuestro país en las naciones africanas, en especial las subsaharianas, con la excepción de Sudáfrica, Kenya y, ahora, Ghana. Aparte de las reuniones cumbres ASA (de América del Sur y África), desde que en 2004 el ex Presidente Lagos viajara a ese […]
Durante mucho tiempo, se ha criticado la escasa presencia diplomática y comercial de nuestro país en las naciones africanas, en especial las subsaharianas, con la excepción de Sudáfrica, Kenya y, ahora, Ghana. Aparte de las reuniones cumbres ASA (de América del Sur y África), desde que en 2004 el ex Presidente Lagos viajara a ese continente en misión oficial nuestros gobernantes no lo habían hecho. Por eso merece destacarse la iniciativa de la actual Mandataria de dedicar casi toda la última semana a visitar Sudáfrica, Mozambique y Angola, a lo que se suma el establecimiento de la aludida embajada en Ghana y, probablemente, otra en Etiopía, tanto de carácter bilateral como ante la Unión Africana.
Se trata de una de las regiones con índices recientes de crecimiento económico más fuertes y donde, pese a la grave situación interna de algunos países con luchas armadas y serios problemas humanitarios, otros avanzan positivamente hacia regímenes democráticos mejor consolidados. Michelle Bachelet reconoce que “tenemos una deuda de política exterior con África” y, lo que es más importante, demuestra un notable esfuerzo por saldarla, aunque ésta sea sólo una primera etapa destinada a desarrollarse en el futuro.
Si desde su llegada a Pretoria dio especial relevancia a su admiración por la figura de Nelson Mandela, más allá de esa inspiración personal, en todos los estados que visita ha manifestado también el deseo de ampliar los respectivos contactos económicos, con énfasis en los temas de energía (tanto Mozambique como Angola pueden ser grandes proveedores en gas natural y petróleo) y de intercambio de productos, sobre todo minerales y agrícolas (lo que justifica la compañía de los ministros de Energía, Minería y Agricultura). Se pretende lo mismo en materia cultural. Con distintos grados de avance, en esas tres naciones se anuncian ya grupos de trabajo para concretar dichos proyectos.
Coincide el viaje a esa zona con el interés de Rusia (concretado en una reunión de sus autoridades en Moscú con representantes de Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay), que tampoco ha sido prioritaria en nuestra extensa red comercial, por obtener desde acá el abastecimiento alimentario perdido a raíz de las sanciones impuestas por los gobiernos occidentales. Ello ha causado preocupación en la Unión Europea (UE), entidad que mantiene fuertes lazos comerciales con América Latina y que es autora junto a Estados Unidos de las restricciones que podrían verse debilitadas por esta nueva fuente de importaciones rusas, aunque algunas de ellas, a diferencia de las que existen con la UE, sean de futuro incierto.
Pero no todas las noticias de este viaje provienen de la economía. En efecto, durante esta intensa actividad diplomática, el canciller Heraldo Muñoz solucionó a distancia, con éxito y rapidez, el incidente ocasionado por la detención en Caracas del presidente juvenil de la UDI a raíz de su intento de visitar a una dirigenta estudiantil opositora que lleva allá 90 días presa. Y tampoco la Presidenta ha limitado su labor al ámbito bilateral, puesto que, al ser Chile miembro temporal del Consejo de Seguridad de la ONU, ha buscado el apoyo africano para lograr cambios —sin duda importantes, pero difíciles—, tanto en el poder de veto de las grandes potencias como en las instituciones financieras internacionales.