Informantes
Señor Director: Gran preocupación y sensación de inseguridad causa la frecuencia de bombazos, robos a cajeros, casas comerciales y camiones blindados. La mayoría sin aclarar hasta el momento, habiendo desaparecido miles de millones en especies y dinero efectivo. Esto nos hace pensar que la policía, la ANI y otros organismos están siendo superados y han […]
Señor Director:
Gran preocupación y sensación de inseguridad causa la frecuencia de bombazos, robos a cajeros, casas comerciales y camiones blindados. La mayoría sin aclarar hasta el momento, habiendo desaparecido miles de millones en especies y dinero efectivo. Esto nos hace pensar que la policía, la ANI y otros organismos están siendo superados y han fracasado hasta el momento en su accionar.
Parece que no sólo no se utiliza el rigor de la ley, sino que se han olvidado de antiguos métodos, aun cuando no sean muy ortodoxos, pero que son de uso frecuente en todas las policías del mundo. Se trata de recurrir a lo que desde antaño figura en la historia, crónicas y ha sido empleado en escritos de autores famosos. Son los “informantes”, personajes a los cuales se acude silenciosamente, sin alardes y con cautela. En inglés son los llamados informers o sniffer, nombres alejados del diccionario clásico, pero que, con esa actitud reservada y aparente indiferencia de los ingleses, los tienen siempre a mano. También los franceses cuentan con sus cafard que pululan en los bajos fondos y se entienden con los uniformados o policías de cualquier tipo. Para los alemanes es el zuträger. Hasta los portugueses les dan el mismo nombre que nosotros y los utilizan en esa especie de guerra silenciosa contra el hampa y el terrorismo.
Estos últimos y la delincuencia común han mejorado sus métodos y es necesario no abandonar el uso de confidentes o informadores irregulares. En una guerra no declarada, con actos abominables, donde todo método para esclarecer estos delitos es aceptable y necesario.
Francisco Vargas Avilés