Juntos y revueltos
Por Luis Larraín
“La diversidad no es una forma de ayuda, sino que es una oportunidad de entendimiento”.
Por Luis Larraín
Presidente Fundación Iguales
La semana pasada, 22 empresas se comprometieron públicamente a gestionar la diversidad en sus equipos de trabajo, cuando sus principales representantes se reunieron en el encuentro anual de Acción “Soy Chile, soy diverso”.
Se trata de un hecho inédito y de gran alcance, pues beneficia a más de 200 mil trabajadores/as y sus familias, además de significar un impulso a la competitividad colaborativa en el mercado laboral.
Para quienes trabajamos para que la diversidad se instale como un valor social, este compromiso es un avance significativo, considerando que, en Chile, 8 de cada 10 empleos son provistos por el sector privado.
Asimismo, supone un nuevo deber: invitar al mundo empresarial a reflexionar sobre las convicciones que impulsan esta decisión.
Mucho se afirma que la gestión de la diversidad es un acto de justicia. En consecuencia, surgen loables iniciativas que incentivan la filantropía colaborativa, pero que no son suficientes ni aseguran estabilidad, sobre todo cuando los recursos caritativos escasean especialmente en períodos de contracción económica.
La diversidad no es una forma de ayuda, sino que es una oportunidad de entendimiento y aceptación mutua. Es una instancia de crecimiento para la organización y trabajador/a, a partir de la riqueza que ambos puedan entregar.
Un estudio del Center for Strategy and Evaluation (CSES) revela que las grandes empresas que han realizado una gestión activa por la diversidad incrementan la captación de talentos (+62%), mejoran la innovación y la creatividad (+57%), obtienen mejores niveles de servicio y satisfacción a clientes (+57%) y tienen mayores tasas de productividad (+58%), derivado del mejor entorno y motivación de los ambientes laborales.
Fomentar la diversidad se convierte en una ventaja competitiva para la empresa y es un factor esencial para mejorar la calidad de vida de las personas.
Cuando se lanzó esta iniciativa en mayo pasado, con sólo 10 empresas, tuve la posibilidad de hacer notar este punto a ejecutivos y gerentes. Necesitamos directivos/as que gestionen la diversidad como un valor para su actividad. Así, se producirá un verdadero cambio, con medidas coherentes y sostenibles para la empresa, de la mano de líderes que guíen un equipo diverso y comprometido. Todos juntos/as. Juntos/as y revueltos/as.