Metro
Señor Director: Desde su inauguración, en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, el Metro fue un lujo para todos los chilenos y visitantes extranjeros, hasta que llegó la mano destructiva que nos caracteriza para liquidar las cosas buenas. Y un mal día, en la primera administración de la actual Presidenta, Michelle Bachelet, hizo su nefasta […]
Señor Director:
Desde su inauguración, en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, el Metro fue un lujo para todos los chilenos y visitantes extranjeros, hasta que llegó la mano destructiva que nos caracteriza para liquidar las cosas buenas. Y un mal día, en la primera administración de la actual Presidenta, Michelle Bachelet, hizo su nefasta aparición un Transantiago improvisado, mal aplicado, con poca frecuencia en sus recorridos y buses no aptos para transportar seres humanos. Ese fue el golpe de gracia. Desde ahí, el Metro se transformó en la víctima del Transantiago.
Saturado, vapuleado y soportando más de dos millones de personas diarias, subsiste con la esperanza de que las autoridades le tiendan, ya no una mano, sino los brazos, alargando y mejorando los recorridos y terminando, de una vez por todas, con los acercamientos y transbordos, para que las personas no tengan que cambiarse dos o tres veces antes de llegar a su destino.
Silvia Rivera