Pensar y reactualizar al héroe
“Sus vidas y las de tantos más, como lo que hicieron por el país, deben ser presentadas para incitar su imitación”.
Por Luis Eugenio Silva
Septiembre, mes de la Patria. ¿Es verdad ello? ¿Se piensa en ella, partiendo de la historia nacional, con sentido de futuro, trayendo el acervo de lo que las generaciones anteriores y los héroes hicieron por ella? No estoy seguro. La tendencia al éxito personal o grupal a como dé lugar, sin tener en cuenta el bien común; el borrar la historia, incluso de los planes de estudio escolar, dejando sólo lo que interesa usar desde un punto político particular, parece estar indicando que no interesa la historia patria, y si es así, sólo para apuntalar ideologías.
Pero, ¿por qué debe interesar conocer y aprender la historia?, porque ella es un incentivo para despertar el patriotismo verdadero, que parece dormido entre ideologías varias y contradictorias, y los reduccionismos que los diferentes gobiernos manifiestan.
Creo que está lejos de los historiadores la polémica entre materialistas y los no tales, acerca de quién hace y rige la historia, o el mundo trabajador dirigido por un comité central que la interpreta, o el héroe, como lo veía Carlyle. Héroe y pueblo se complementan y el primero sabe interpretar el sentimiento nacional.
Chile tiene una historia que empieza con los pueblos autóctonos, sigue con el ingreso de España, que realiza el período colonial, y sigue después de la lucha por la independencia con las variadas formas que la república vivió, sorteando dificultades, pero siempre creciendo, gracias al trabajo de su pueblo y de los incontables héroes, conocidos o no, que supieron que por nobles que fueran los intereses personales, por encima estaba la Patria.
¿Dónde están O’Higgins, los hermanos Carrera, Manuel Rodríguez, Freire, Prieto, Portales, Rengifo, Arturo Prat, el sargento Aldea; los militares constitucionales como Vidaurre Leal, Bello, Vicuña Mackenna, Pinto, Baquedano, los héroes de la concepción; los hombres de Iglesia como arzobispo Valdivieso, el Padre Hurtado, o el cardenal Silva, y tantos más de los siglos XIX y XX , en los discursos de los conductores del país?
Sus vidas y las de tantos más, como lo que hicieron por el país, deben ser presentadas para incitar su imitación, por cierto desde la perspectivas el mundo actual.
Hoy se escribe mucha historia nacional, pero no se lee, tal vez por la parcialidad desde la que se escribe. No es fácil ser plenamente objetivo, tal cosa es imposible, pero el historiador debe desprenderse de los prejuicios y buscar la objetividad. Con todo, hay que estimular su lectura y no sólo en septiembre, sino que siempre, como realizar programas de difusión a través de los medios de comunicación, tan dominados por programaciones de escaso o nulo valor, que se mantienen por la falsedad que dice que lo que interesa es sólo farándula, curiosidad malsana e impudicia.