Arturo Aylwin
Señor Director: Alejandro Fainé escribió una columna que titula “Confesiones del Contralor, el estresador del Estado”. En dicho texto se refirió al ex contralor, don Arturo Aylwin, como “un caballero, perfecta imagen de la burocracia gris”. Es una afirmación particularmente injusta para él, uno de los profesores de Derecho Administrativo de más dilatada trayectoria, y […]
Señor Director:
Alejandro Fainé escribió una columna que titula “Confesiones del Contralor, el estresador del Estado”. En dicho texto se refirió al ex contralor, don Arturo Aylwin, como “un caballero, perfecta imagen de la burocracia gris”. Es una afirmación particularmente injusta para él, uno de los profesores de Derecho Administrativo de más dilatada trayectoria, y quien después de una completa carrera en la Contraloría, alcanzó primero la posición de Fiscal de dicha institución, y luego la de Contralor General. Durante su desempeño en este cargo, jamás fue objeto de reproches y sí, en cambio, su labor fue admirada transversalmente, precisamente por su estilo de ejercer la autoridad con estricto apego al derecho, renunciando a toda especulación personal. Algo que, en el pasado, se identificó en Chile como el sentido “republicano” de la autoridad.
Siguió fielmente en sus conductas el sobrio y honroso legado de su padre, como ministro y presidente de la Corte Suprema; el ejemplo de su hermano mayor, como senador y presidente de la República; y, en el orden interno de la Contraloría, el camino que abrió hace un siglo o más, el más extraordinario de sus primeros funcionarios, don Valentín Letelier. Ninguno de los nombrados fue la perfecta imagen de la burocracia gris, sino por el contrario, el ejemplo sobresaliente de nuestros antiguos “hombres de Estado” que, renunciándose a sí mismos, dieron sin aspavientos lo de mejor de sí para la verdadera grandeza, dignidad y respeto de nuestra República. Se honra este antiguo alumno de don Arturo de rendir esta prueba mínima de gratitud a su sabio profesor.
Luis Valentín Ferrada