Cambios
“Eyzaguirre ha sido el mejor de los ministros, pues ha hecho del diálogo el instrumento para establecer un camino para el futuro”.
Por John Biehl del Río
Pocas palabras tienen tanto atractivo en la política como el “cambio”. Ello se explica, en parte, porque la mayoría de las personas tienden a pensar que ellas serán las favorecidas con esas medidas. En la democracia se han ido perfeccionando instrumentos para verificar cuáles son las mejorías que espera el mayor número de personas. Mejoras en los ingresos y en su distribución estarán siempre y tenderán a ser más fuertes en países con mayores desigualdades de los beneficios del desarrollo. Chile es un país donde éstas han ido en aumento y no resisten explicaciones en índices estadísticos sin corazón, ni otra racionalidad que la flor de un día.
También es cierto que la seguridad suele adquirir características similares y así varios son los temas como: educación, salud, vivienda y muchos otros. Desde hace unas décadas las campañas políticas se han hecho tratando de maximizar los votos, ofreciendo atención a todos estos aspectos en “programas de gobierno” considerados influyentes en decidir una votación.
Las campañas electorales habrán de centrarse siempre en aquellos puntos que parecen importar más a la ciudadanía. En nuestro caso y en esta ocasión la Presidenta Michelle Bachelet fue elegida con un programa para el cual ha reclamado casi la legitimidad de los planes quinquenales, que fuesen base del desarrollo de muchos gobiernos dictatoriales fracasados.
Es probablemente cierto que las reformas son necesarias, pero ciertamente no como estaban planteadas en un programa de campaña. Los gritos de la calle de padres y estudiantes concluyen en un eslogan de gratuidad, calidad e igualdad para todos en este campo. Transformar ese grito en realidad sostenible es una tarea gigantesca y necesaria. Creo que al ministro Eyzaguirre le ha correspondido transformar en caminos de realidad uno de los más hermosos sueños para un Chile en verdad más justo. Pienso que ha sido el mejor de los ministros, pues ha hecho del diálogo, que nunca existió, el instrumento para establecer un camino aún no diseñado para nuestra historia y futuro.
Todos sabemos que la última elección presidencial y parlamentaria tuvo una muy baja participación, pero también que ese Chile silencioso existe y se debe tomar en cuenta. La única forma de mostrar ese respeto para garantizar la estabilidad es el diálogo de Eyzaguirre. Afortunadamente, ésta parece ser la línea política que busca la propia Presidenta de la República. Ojalá así sea, porque el país requiere de estas reformas, que exigirán mucho más que la ley y varios períodos presidenciales. Independientemente de quienes sean los ganadores.