Confianza, gasto y presupuesto
El anuncio del presupuesto para 2015 que la Presidenta Bachelet hizo la semana pasada por cadena nacional no ha cesado de generar debates y plantear preguntas sobre la confianza de los actores económicos. La propuesta del Gobierno de revertir el curso decreciente de la economía a través de un fuerte gasto fiscal ha intensificado las […]
El anuncio del presupuesto para 2015 que la Presidenta Bachelet hizo la semana pasada por cadena nacional no ha cesado de generar debates y plantear preguntas sobre la confianza de los actores económicos.
La propuesta del Gobierno de revertir el curso decreciente de la economía a través de un fuerte gasto fiscal ha intensificado las dudas entre los grandes actores económicos. Sobre todo, es preocupante el hecho de que un presupuesto tan ambicioso pueda generar presiones inflacionarias. Y, al mismo tiempo, en un escenario de constante crecimiento bajo, que el Gobierno deba eventualmente recurrir a endeudarse o usar los fondos soberanos para financiar el gasto que no provenga del impulso de la economía.
En un plano menos técnico, hay razonables dudas de si el Estado será capaz de generar decisiones de eficiencia, cuestión siempre compleja, en un escenario en que el Gobierno da señales de que “hay que gastar”.
Este tipo de debates, a pesar de su complejidad técnica y de los tintes políticos que pudiesen tomar, lo que hacen finalmente es erosionar la confianza de todos los agentes económicos, además de las expectativas de los consumidores, en un escenario ya sobrecargado de debates e hipersensible a los malos augurios.
La proyección de crecimiento hecha por el Ministerio de Hacienda ha sufrido varios cambios durante el último año. Siempre ajustándose a la baja. Y aunque no es completamente imputable al actual ministro de Hacienda, sino que a las elevadas proyecciones que hizo la anterior gestión, el hecho de que las expectativas de nuestra economía siempre parezcan menos auspiciosas de lo previsto está operando como una música de fondo que aumenta la incertidumbre.
Ayer, el ministro de Hacienda hizo su proyección de crecimiento en la Comisión de Hacienda de la Cámara y la situó en 3,6%. Horas antes, el Fondo Monetario Internacional había afirmado que el crecimiento de Chile será tan sólo de 3,3% para 2015. Es decir, levemente más bajo de lo estimado por la autoridad gubernamental.
Es normal que las proyecciones de organismos internacionales y locales corran por carriles separados. Pero que ambos se vuelvan a ajustar a la baja, y que en medio de todo sucedan señales de que se apronta un envío de reforma laboral, no deja de dar consistencia a las dudas de empresas y consumidores.