Segunda mirada: Filosofía y cuento gay
Como excepción a la regla, este domingo no se citó a Kant en las columnas dedicadas a “Nicolás tiene dos papás”. A Peña y García Huidobro les fue imposible recurrir a pensadores de antaño, para poner paños fríos a las locas costumbres de nuestros días. No encontramos citas atingentes, pero igual quisimos darle voz a […]
Como excepción a la regla, este domingo no se citó a Kant en las columnas dedicadas a “Nicolás tiene dos papás”. A Peña y García Huidobro les fue imposible recurrir a pensadores de antaño, para poner paños fríos a las locas costumbres de nuestros días.
No encontramos citas atingentes, pero igual quisimos darle voz a los filósofos en este debate.
Para Kant sería una aberración (recordemos su lamentable muerte virgen).
Platón le haría una apología. En la Grecia clásica del Siglo V a.C. la sodomía no sólo era una práctica habitual, sino que para los jóvenes virtuosos era un honor ser el favorito de su mentor. Platón siempre fue envidioso de Cármides, pues su maestro Sócrates lo prefería, por su imberbe osadía y su perfecto cuerpo joven, como pulido en mármol.
Foucault hubiera deseado ser hoy un niño en Chile en un jardín de la Junji, pues su exorbitante homosexualidad incomprendida por la sociedad (y eso que era francés) lo llevó a varios intentos de suicidio y a internarse en un psiquiátrico.
Y Heráclito, con su actitud cool de padre de la filosofía, diría: “Todo fluye”.