¿Sobrevivirá la Nueva Mayoría?
Por Sergio Muñoz Riveros
“Cada día es más notorio que la NM cree que el mercado es de derecha y el Estado, de izquierda.
Por Sergio Muñoz Riveros
El factor determinante de la formación de la Nueva Mayoría fue el arrastre popular de Michelle Bachelet. Es cierto que sus integrantes suscribieron un programa, incluso sobreabundante, pero ello no ha bastado para disimular las visiones disímiles que existen entre ellos respecto de cómo concebir el progreso del país. La noción de “cambios estructurales” que tienen unos y otros ha dado lugar a las confusiones y equívocos de estos siete meses, de lo cual es una muestra el proyecto deforme y contrahecho que aprobó la comisión de Educación de la Cámara con el fin de reducir el espacio de la educación particular subvencionada. Cada día es más notorio que un sector de la Nueva Mayoría cree que el mercado es de derecha y el Estado es de izquierda.
Por el bien de Chile, es deseable que el gobierno de Bachelet cumpla su mandato en las mejores condiciones posibles, pero el proceso político que se inició bajo el signo de su popularidad —en rigor, el giro a la izquierda— es difícil que pueda sostenerse cuando ella ya no esté en La Moneda.
En la elección municipal de 2016, seguramente los 7 partidos oficialistas llevarán un candidato único a las alcaldías, sumando quizás a Revolución Democrática, que entró al Gobierno por la puerta del Mineduc. Pero como es imposible dar cabida a todas esas fuerzas en una sola lista de concejales, es previsible que haya listas partidarias o de dos o tres colectividades.
En cuanto a la elección parlamentaria de 2017, ahora con sistema proporcional, se puede anticipar que los partidos buscarán reverdecer sus señas de identidad y ampliar su propio espacio electoral. No se justificarán los pactos por omisión, y se abrirá entonces la oportunidad de medir la real influencia de cada colectividad.
Faltan tres años para la elección presidencial, pero ya están en precampaña algunos interesados en ser herederos de Bachelet. El caso más curioso es el de ME-O, que sueña con una candidatura que sea apoyada por los mismos partidos a los que ha denostado desde 2009. Osvaldo Andrade dijo que no vetará la posibilidad de que él y Andrés Velasco compitan en una primaria de la NM. Pero, ¿llegará a realizarse esa primaria, en la que un postulante que eventualmente unifique al polo izquierdista (PPD, PC, PS, MAS e IC), a lo mejor Isabel Allende, dejaría sin chance a un competidor DC, PR o independiente? Y todo eso, ¿para gobernar cómo?
A medida que se acerque la elección, puede ganar terreno la idea de que todos los postulantes a la Presidencia participen en primera vuelta. No sería el fin del mundo. Una competencia abierta le daría un nuevo aire a nuestra democracia. Y ofrecería la posibilidad de que, en segunda vuelta, se establecieran pactos de gobierno escritos en prosa, o sea aterrizados.